Edición

Borrar

Desayuno de domingo con... Álvaro Soler: «Llevaba un ritmo frenético y sentía que podía acabar fatal, tenía que parar»

Barcelona, 1991. Soy músico y tengo la suerte de vivir de mis canciones desde que hace diez años lancé 'El mismo sol'. Preparo mi cuarto disco, 'El camino', un trabajo especial, diferente a todo lo que he hecho.

Viernes, 04 de Julio 2025, 10:08h

Tiempo de lectura: 3 min

XLSemanal. Esto lo dicen todos los artistas de su último disco.

Álvaro Soler. ¡Ja, ja, ja! Es que si no sentimos que el nuevo es muy especial y mejor que el anterior… ¡ya me dirás!

«¿Eurovisión? ¡Ay! Este año justo no lo vi (sonríe). Y de Melody ya se habló mucho y no tengo nada relevante que aportar»

XL. ¿Por qué es diferente a los anteriores?

Á.S. Porque es muy personal: se escucha como se lee un libro, tiene un intro y cada temazo es como un capítulo de la historia.

XL. El nuevo sencillo, Con calma, invita a poner freno al ritmo de vida… 

Á.S. Exacto [ríe]. Llevaba un ritmo frenético y sentía que me podía pasar algo y acabar fatal, tenía que parar.

XL. Se casó hace dos años y su hija cumple uno este mes: la paternidad se le ha echado encima.

Á.S. Cien por cien [ríe], mi hija es la responsable de la mayoría de las decisiones que tomo. En el álbum hay muchos de estos pensamientos.

XL. Sus giras incluyen países como Hungría, Austria, Polonia, Eslovaquia, Alemania, Finlandia… siempre cantando en español. ¿Y para eso habla seis idiomas? 

Á.S. [Ríe]. Bueno… me sirve para conectar con la gente en alemán, inglés, francés, italiano… y explicarles primero de qué van las canciones, aunque luego las cante en español. Es una pasada porque el 70 por ciento de la gente que va a los conciertos no habla español, pero se sabe las canciones y las canta. En este sentido, me siento un poco representante de España por el mundo.

XL. Por cierto, ¿qué le pareció Melody, nuestra representante en Eurovisión?

Á.S. ¡Ay! Este año justo no lo vi [sonríe]. Pero ya se habló mucho de eso y no tengo nada relevante que aportar.

XL. Lo invitaron a cantar en el Vaticano con el Papa Francisco, ¿iría a la Casa Blanca si lo requiere Trump?

Á.S. Ahora mismo no me parece un buen momento para ir a la Casa Blanca, la verdad. Habría que esperar a que se calmaran bastante las aguas, porque ahora no están para muchos conciertos.

XL. Estudió Ingeniería de Diseño Industrial, es hijo de padre alemán y madre belga-española, vive a caballo entre Berlín y Barcelona… 

Á.S. Yo vivo en Berlín por razones de trabajo, pero mi mujer y mi hija viven en Barcelona porque a mi mujer le encanta vivir aquí. Ella es alemana y en casa se habla alemán y español.

XL. Una curiosidad: ¿sigue sin haberse hecho ningún tatuaje?

Á.S. Sigo [ríe]. Me gusta verlos en otra gente –los hay muy guais–, pero no en mí. Tampoco uso pantalones rotos y, desde que soy padre, ni bebo cerveza, estoy en modo yoga-aguacate [ríe].

Sano y rico

«Un café con leche de avena y una rebanada de pan rico, de masa madre, tostada, con tomate y aguacate y encima unas lonchas de jamón ibérico».