Muy elaborado
«Tres huevos fritos estrellados, unas tortillas de trigo o maíz, un plato con papaya en trozos y limón. Y una jarra de agua. Ni café ni salsas ni picantes».
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Viernes, 27 de Junio 2025, 10:34h
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XLSemanal. Obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura 2017 y el Alfaguara 2020 por su novela Salvar el fuego.
Guillermo Arriaga. Tengo la fortuna de contar historias… y que me reconozcan. Ganar el Premio Alfaguara fue como ganar la Copa del Mundo [ríe].
XL. Es guionista, productor y director de cine: mejor guion en Cannes en 2005 por Los tres entierros de Melquiades, y una nominación al Oscar por Babel en 2007.
G.A. Me siento muy privilegiado, el cine me ha dado mi lugar como escritor en todo el mundo. Pero como te creas que lo que haces es bueno estás perdido.
XL. Lo del síndrome del impostor ya está muy visto.
G.A. ¡Ja, ja, ja! Pero es verdad, siempre creo que podría haberlo hecho mejor
y que la gente un día advertirá lo malo que soy. Como dicen en Hollywood: «Eres bueno hasta tu última obra».
XL. El hombre narra cómo a México se le arrebató Utah, Texas, California, Colorado, Nevada, Nuevo México…
G.A. Pero se trata no solo de cómo perdimos grandes territorios, también de cómo se forjó un imperio económico y cómo fueron exterminados algunos grupos como los apaches.
XL. Publica su libro con Trump en el poder de Estados Unidos y bajo el lema «America first», ¿da miedo?
G.A. Ya no quiero que me 'apapachen' el corazón [que me den palmaditas]. No vengo de una cultura familiar en la que los libros y películas son para divertirse: deben servir para confrontar las ideas y abrir espacios de diálogo.
XL. ¿Ha suavizado la realidad?
G.A. No, al ser ficción puedo dibujar con más detalle la realidad y poner el dedo más en la llaga. La historia de Estados Unidos en los últimos 200 años está cargada de violencia, genocidio y muerte. Las nuevas fortunas se formaron a partir de la esclavitud, la tortura, el abuso y el exterminio apache.
XL. El protagonista de su libro, un asesino, racista, abusador, maltratador…, termina convirtiéndose en un héroe hecho a sí mismo: el prototipo del sueño americano.
G.A. Las sociedades crean sus propios héroes, y todo depende de quién controle la narrativa. Si la controlan los monstruos, terminan como prohombres; incluso pueden acabar mostrándose libertadores de aquellos que esclavizaron.
XL. ¿Le cuesta imaginar una fortuna limpia?
G.A. Creo que todas tenían algo sucio detrás. No todas están salpicadas de sangre, pero las hay empapadas de sangre y empapadísimas.
«Tres huevos fritos estrellados, unas tortillas de trigo o maíz, un plato con papaya en trozos y limón. Y una jarra de agua. Ni café ni salsas ni picantes».