Dave Benett pasó de fotografiar huelgas en los ochenta a estar en todos los saraos en los noventa. Disparó a miles de famosos para saciar la sed de los tabloides. Hoy expone en galerías de arte. Son los retratos de una época despreocupada de la que solo quedan... las fotos. Él mismo nos lo cuenta.
Domingo, 27 de Febrero 2022, 01:17h
Tiempo de lectura: 3 min
Si eres alguien en Londres, sabes quién es Dave Benett. Porque si eras famoso o aspirabas a serlo en los años 90 y la primera década de este siglo, Benett te ha fotografiado. Actores, supermodelos, cantantes, familia real... cualquiera que saliese de fiesta pasaba por su
Si eres alguien en Londres, sabes quién es Dave Benett. Porque si eras famoso o aspirabas a serlo en los años 90 y la primera década de este siglo, Benett te ha fotografiado. Actores, supermodelos, cantantes, familia real... cualquiera que saliese de fiesta pasaba por su cámara, mientras él cultivaba una discreción poco usual en los fotógrafos de la farándula. Él mismo reconoce que muchas de sus fotos son 'familiares' para la gente, pero pocos saben quién las hizo. Ahora, una gran exposición en la Galería JD Malat de Londres pretende solventar eso. Aquí una muestra del más de millón de fotos que conserva en su asombroso archivo.

Kylie lo da todo
Lo que se ha perdido
«Solo tenía que gritar: '¡Kate!, ¡Naomi!, ¡Kylie!'... Y Kate Moss, Naomi Campbell o Kylie Minogue [en la imagen] me dedicaban un gesto cómplice durante un segundo –cuenta Benett–. Me daba tiempo a apretar el obturador un par de veces», recuerda. Tenía acceso a los camerinos, a la zona vip... «Hoy, te avisan de cuándo y dónde puedes hacer la foto. Da igual porque antes una imagen de celebrity valía miles de libras; en la actualidad, no te dan ni cinco».

Weinstein y Zeta...
A la caza y captura
«En aquellos años –recuerda Benett– se palpaba la presión hacia las chicas jóvenes. Una cultura del acecho». Aquí, una jovencísima Catherine Zeta-Jones, en 1991, con el productor Harvey Weinstein, hoy condenado a 23 años de cárcel por abusos sexuales y acusado por más de 80 mujeres.

Cameron, Gwyneth y el duque
El favor de los ‘royals’
Benett siempre gozó del aprecio de la familia real británica. «La reina Isabel –recuerda el fotógrafo– me tapaba una vez el ángulo de una toma en el cumpleaños de la reina madre. '¡Su majestad!, le grité, '¿le importa?'. Me miró, sonrió y se apartó». En la imagen, Cameron Diaz y Gwyneth Paltrow con el duque de Edimburgo.

En casa de los Rolling Stones
La fiesta tenía un fin
Los Rolling Stones invitaban a Benett a sus fiestas privadas, como esta en la que retrató a Elton John con Gianni Versace en 1992. El diseñador murió un lustro después. Los últimos años también han sido duros para el propio fotógrafo. Su hijo adolescente murió tras inhalar una sustancia tóxica pensando que era óxido nitroso (el 'gas de la risa'). Y Bennett casi no sobrevive a la Covid.

«Mi mejor foto»
La complicidad
Aquí, la princesa Diana y Liza Minnelli en una cena benéfica en 1991. «Lady Di me dio ocho segundos para tomar esta foto –recuerda Benett–. No tuve que robársela porque confiaba en mí. Se la ve relajada, con la guardia baja, una joven que cotillea con su amiga. Es mi mejor foto. Fui testigo del torbellino y la locura creciente en torno a ella. Cómo la acosaban las agencias de paparazis... Su muerte cambió las reglas del juego. Su entierro fue el peor momento de mi carrera».

Nicholson y De Vito
Los reyes de la noche.
Se los conocía como los reyes de la juerga. Los actores Jack Nicholson y Danny DeVito llegaban a Londres y se desmelenaban. Y como en la imagen superior, no se cortaban un pelo en dejarse ver y fotografiar on fire, incluso bebiendo, fumando... «Ahora, en cambio –explica Benett–, los relaciones públicas ejercen un control total sobre la imagen que proyectan las celebrities».

El chico de oro y la Spice girl
El secreto de sus ojos
En esta toma, cuenta Benett, David Beckham mira con ojos de cordero a su mujer, Victoria. «Son una pareja muy educada –dice–. Con otro futbolista, Paul Gascoigne, los fotógrafos nos liamos a guantazos. Pero la peor trifulca la tuve con Ernesto de Hannover, el marido de Carolina de Mónaco. Me rompió la cámara y le di un puñetazo. He fotografiado a todos los famosos, desde Nelson Mandela a Michael Jackson (solo se me escaparon Elvis y Lennon). Y casi nunca tuve problemas».
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