Un fotógrafo retrató la vida social de las élites inglesas en el campus universitario de Oxford en los años ochenta. Inmortalizaba así, sin saberlo, la arrogancia juvenil de Boris Johnson y de otros líderes del ‘brexit’. Y anticipaba lo que puede acabar siendo la ‘tumba’ política del actual primer ministro, el escándalo de las fiestas celebradas en Downing Street durante el confinamiento.

Cameron, el más gamberro
David Cameron, en el centro muy sonriente, baila en 1987 en la Oxford Union. El futuro primer ministro estudió Filosofía, Políticas y Economía. En una biografía se cuenta que, en una de esas celebraciones universitarias, insertó su pene en la boca de un cerdo muerto. En su libro The last hurrah ('El último hurra'), Jones revela un Oxford donde los niños bien que hoy dirigen el Reino Unido se entregaban a fiestas desenfrenadas. En sus fotografías, tomadas en los ochenta, encontramos a primeros ministros como Boris Johnson y David Cameron, dos alumnos muy populares. Por su carisma y sus habilidades sociales el primero; por su fama de gamberro y estudiante aventajado el segundo.

Hugh Grant, un infiltrado entre las élites
En 1983, sentados a la izquierda, Hugh Grant y Marina Killery –futura diseñadora de sombreros de Lady Di– en una fiesta de la Piers Gaveston Society. Grant entró en Oxford becado. El fotógrafo Jones obtuvo acceso a ese mundo tras ser contratado en 1981 por la revista Tatler, biblia editorial de las élites con trescientos años de historia, para fotografiar eventos. Y eso hizo nueve años, también para Vanity Fair, The New York Observer, The Sunday Telegraph y The Times.

Boris, el caballero libertino
Boris Jhonson asiste a una fiesta temática –el Baile del Sultán– en Oxford en 1986. A sus 22 años acababa de ser elegido presidente de la Oxford Union Society, una prestigiosa sociedad de debate. El hoy primer ministro, que estudió Literatura y Filosofía Clásica, fue también miembro de un polémico y libertino club de ‘caballeros’.

Revival de Retorno a Brideshead
Baile de Mayo en el New College de Oxford, 1986. Escenas como esta eran lo habitual en los colleges (‘residencias’) del campus los sábados y domingos por la mañana. «Se había escrito y dramatizado al respecto –dice Jones–, pero nunca se había fotografiado». Rodeado de jóvenes engalanados que entonaban melancólicos cánticos de una pasada gloria imperial, el fotógrafo disparaba su cámara a diestro y siniestro sin que a nadie pareciera importarle. Quizá porque no se les pasaba por la cabeza que la revelación pública de aquel revival ochentero de Retorno a Brideshead pudiera ser motivo de escándalo.

«Los ricos celebraban mientras había huelgas por todas partes»
Dafydd Jones fotografió las fiestas de Oxford durante nueve años. A los invitados rara vez les importaba que los sacara borrachos. El Bullingdon Club, selecta institución que inspiró The Riot Club –película sobre un libertino grupo de niños bien– y en la que el plan habitual consistía en cenar y 'cocerse', 'liarla parda' y rematar la juerga con prostitutas. Todo ello en los días en que Margaret Thatcher ponía el país patas arriba, desmontando su sistema de protección social y mandando a miles al paro. «La gente adinerada celebraba mientras había huelgas por todas partes», sentencia Jones.

'Balconing' de los 80
En Oxford había clubes para todos los gustos. Aquí, un miembro del Club de Deportes Peligrosos hace bungee jumping sobre la calle, en 1983. También existió un Club Gastronómico Onanista. Jones recuerda «el gran número de idiotas» con el que se cruzó en sus incursiones entre una élite cuya arrogancia nunca dejó de sorprenderlo. Sasha Swire, esposa del conservador Hugo Swire, la exhibe sin tapujos en su libro Diario de la mujer de un diputado, donde llama little people ('gente pequeña') a las clases populares, toilet seats ('tazas de váter') a las bases del partido y diferencia entre people like us ('gente como nosotros') y los demás.

Quemarlo todo
Al final de la temporada de remo de 1984, los ganadores cumplen el ritual de prender fuego a su embarcación y saltar sobre las llamas. Todas las celebraciones en el campus conllevaban alcohol y actos radicales, incluso violentos. Las fotografías de este reportaje pertenecen al libro ‘The last hurrah’ (Ed. Stanley/Barker), del fotógrafo Dafydd Jones.
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