Mi Policía
BELÉN CUETO
Él me defendía en cada uno de mis sueños infantiles. ¡Qué segura yo cuando aparecía por los tejados de las intrincadas callejuelas del pequeño barrio! Huían los malvados ladrones que ansiosos de botín llegaban hasta mí para robar mis queridas y valiosas pertenencias. Todo mi tesoro eran unas muñecas, algunos que otros cromos desordenados y la agenda donde diariamente contaba a renglones torcidos los acontecimientos más importantes de mi incipiente e interesante vida.