XLSemanal. Usted había negado que Israel estuviera cometiendo un genocidio en Gaza. Pero ha cambiado de opinión. ¿Por qué?
Aryeh Neier. Me afectó especialmente el asesinato de los empleados de la organización humanitaria World Central Kitchen el 1 de abril. Siempre me ha preocupado la obstrucción deliberada de Israel a la asistencia humanitaria en la Franja de Gaza. Para mí, las muertes violentas de estas siete personas son la encarnación de este bloqueo.
XL. La acusación de genocidio es la más grave que se puede hacer contra un Gobierno, teniendo en cuenta que Israel fue golpeado por un ataque terrorista de proporciones históricas el 7 de octubre.
A.N. Hago esta acusación a regañadientes. Pero el número de personas que han muerto en esta guerra es muy elevado. Y es necesario encarar la posibilidad de que un número grande de niños muera o sufra durante el resto de su vida las consecuencias de la desnutrición (hoy ya la están sufriendo).
XL. Para hablar de genocidio, según el derecho internacional, tendría que haber una intención demostrable de «imponer condiciones de vida a un grupo que conduzcan a su destrucción total o parcial». ¿El Gobierno de Israel tiene esa intención?
A.N. Esto comienza con la declaración del ministro de Defensa, Yoav Gallant, de que se detendrá toda ayuda humanitaria...
XL. «He ordenado el asedio completo de la Franja de Gaza», dijo Gallant el 9 de octubre. «No habrá electricidad ni comida ni combustible. Todo estará cerrado».
A.N. Desde entonces se ha hecho exactamente eso: se han cerrado los cruces fronterizos hacia la Franja. En los pocos que estaban temporalmente abiertos, los procesos se alargaron tanto que se retrasó la entrada de los camiones que llevaban artículos de socorro. La destrucción selectiva de granjas e invernaderos: ¿para qué sirve militarmente? Luego están los ataques a las instalaciones de la UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas de Ayuda a Palestina, en los que murieron casi 200 empleados. Por último, varios ataques menos publicitados contra otras organizaciones de ayuda, como Médicos Sin Fronteras. Cuando sumo todo, no me da la impresión de que sean coincidencias. Todo indica que hay una intención.
XL. ¿Está de acuerdo con la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en que Israel debería detener la operación militar en Rafah?
A.N. Es la decisión apropiada.
XL. ¿Comparte también la decisión del fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) de solicitar órdenes de arresto contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y su ministro de Defensa, Gallant, así como contra los líderes de Hamás, Yahya Sinwar, Mohammed Deif e Ismail Haniya?
A.N. Puede que haya sido una pena que se hayan anunciado al mismo tiempo. Pero entiendo que si solo hubiera anunciado las órdenes de arresto contra los dirigentes de Hamás habría habido protestas de que no hiciera lo mismo contra los políticos israelíes, y viceversa. No tuvo más remedio que hacerlo así.
«El antisemitismo ha sido un flagelo de la humanidad. Pero concluir que todo crítico del Estado israelí es antisemita distorsiona el término»
XL. El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó esta decisión de «escandalosa» y dijo: «No hay equivalencia –ninguna– entre Israel y Hamás».
A.N. No veo ninguna equivalencia. Se trata de acusaciones de delitos completamente diferentes. Creo que ambas partes merecen ser procesadas, pero no asumo que exista una equivalencia.
XL. Netanyahu rechazó las órdenes de arresto contra él y Gallant y acusó al fiscal de alentar un «nuevo antisemitismo».
A.N. Netanyahu siempre acusa a sus críticos de antisemitismo. El antisemitismo ha sido un flagelo de la humanidad. Los prejuicios religiosos contra los judíos existían, pero en la segunda mitad del siglo XIX se convirtieron en racismo, con consecuencias terribles. Pero concluir que todo crítico del Estado israelí es antisemita distorsiona el término.
XL. A finales de mayo, más de 40 personas murieron por un ataque aéreo israelí en Rafah, en la Franja de Gaza. Netanyahu habló de trágico accidente y dijo: «Para nosotros, cada no combatiente herido es una tragedia. Esa es la estrategia de Hamás».
A.N. Estoy de acuerdo, esto quizá sea la estrategia de Hamás. Pero llevar a cabo una gran serie de ataques durante ocho meses y luego hablar de errores o tragedias en unos pocos casos no tiene sentido. Es la estrategia de Israel la que conduce a este resultado. No creo que Israel tuviera como objetivo matar a tanta gente en Rafah. Pero, si tienen que morir 45 o incluso 100 para matar a un combatiente de Hamás, eso también es algo que el Gobierno de Israel está considerando. Y ahí radica una de las razones del extraordinariamente elevado número de víctimas. Con independencia de este caso en Rafah, es completamente inapropiado utilizar bombas de 900 kilogramos en una zona como la Franja de Gaza. Se utilizan cuando se quiere destruir una fábrica de armamento o un puente. Pero nunca en una zona urbana densamente poblada. Esto es exactamente lo que sucede y con plena intención.
XL. Suponiendo que la CIJ apruebe la denuncia de genocidio y que la CPI también emita órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant: ¿cómo debería reaccionar Estados Unidos con respecto al suministro de armas?
A.N. Debería repensar sus políticas hacia Israel. Estados Unidos ha estado preocupado durante mucho tiempo por el trato que Israel da a los palestinos. Pero siempre se ha sentido obligado a apoyar a Israel. No será fácil cambiar eso. Pero, si los dos tribunales deciden de esta manera –lo cual supongo–, eso puede llevar a Washington a repensar su política.
«Las normas de derecho internacional humanitario son universales, pero en el caso de Israel se aplican con mayor intensidad. También pasan cosas en Yemen, Ucrania...»
XL. En su ensayo para la revista New York Review of Books, usted escribe: «No recuerdo una disputa sobre derechos humanos que haya provocado mayores pasiones y más debate que la guerra en Gaza». ¿Por qué?
A.N. Este conflicto es tan controvertido por razones históricas. La fundación de Israel fue precedida por el Holocausto y, por lo tanto, las acusaciones graves contra Israel necesariamente despiertan mayor preocupación y mayores pasiones que otras cosas terribles que suceden en el mundo. En la actualidad también están pasando cosas espantosas en Ucrania, Sudán, Birmania y el Yemen.
XL. ¿La conducta de Israel en Gaza es juzgada de forma más estricta que otros países?
A.N. Si se juzga a Israel con criterios diferentes, eso se aplica a ambas partes, tanto a sus críticos como a sus defensores. Pero las normas del derecho internacional humanitario son universales. Y no estoy seguro de si en realidad se trata de estándares diferentes. Lo que pasa es que en el caso de Israel se aplican con mayor intensidad.
XL. Usted conoció al abogado Raphael Lemkin, quien acuñó el término 'genocidio'.
A.N. Sí, lo invité a mi colegio cuando tenía 16 años; yo era el presidente de nuestro club de historia y quedé muy impresionado.
XL. Sin embargo, hasta ahora, usted se ha mostrado cauto a la hora de usar ese término. Durante su mandato como director de Human Rights Watch, de 1978 a 1993, lo utilizó solo una vez, en concreto en relación con el ataque con gas venenoso de Sadam Huseín contra la minoría kurda. ¿Se puede comparar lo que está sucediendo hoy en Gaza con un crimen tan planificado?
A.N. No. Pero mi preocupación en el caso israelí es que las principales víctimas de esta guerra, los niños de Gaza, están siendo castigados con hambre y desnutrición por los crímenes de Hamás. Y eso es inaceptable.
XL. Después de la guerra de Bosnia en 1992, usted propuso el establecimiento del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia. ¿Podrían las acusaciones extremas que ahora se hacen unos contra otros a raíz de la guerra de Gaza deslegitimar el sistema de justicia penal internacional?
A.N. No lo creo. El concepto de derecho internacional humanitario ha seguido ganando aceptación a pesar de los reveses. Los Convenios de Ginebra de 1929, por ejemplo, tuvieron un impacto muy grande: los prisioneros de guerra alemanes fueron tratados comparativamente bien por los británicos y los estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Japón, en cambio, que no había ratificado esos convenios, trató horriblemente a sus prisioneros. Las Convenciones de 1949 fueron más allá al aplicar el derecho internacional humanitario a las guerras civiles. La mayoría de los conflictos posteriores a la Segunda Guerra Mundial entra en esta categoría. Los protocolos firmados en 1977, después de la guerra de Vietnam, ofrecieron protección adicional a las víctimas. Y el Estatuto de la Corte Penal Internacional... Hemos logrado avances constantes en la atención a las víctimas de los conflictos armados. Este proceso no se revertirá.
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