La Virgen de la Cabeza, alivio y bálsamo para enfermos y mayores

La Basílica y Real Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza vivió ayer domingo uno de sus días más emotivos y entrañables con la celebración de la Peregrinación Blanca, que regresó a su formato y lugar tradicionales por la interrupción de los dos años por culpa de la pandemia, y porque el año pasado, se desarrolló en la parroquia de Santa María la Mayor de Andújar, justo en su primer día de estancia en la ciudad, con motivo de la bajada extraordinaria de la Virgen del año 2022.

La Peregrinación Blanca volvió a acercar de nuevo la Virgen de la Cabeza a los ancianos, enfermos y discapacitados, por lo que ejemplificó la misión del Evangelio, que es la derramarsu infinita bondad a los más desvalidos, que en este caso la vida les ha dado un regate, o que en su día extendieron la devoción en su época moza y ya en el otoño de sus vidas, no pueden con asiduidad asistir a implorarle a la Virgen. Estuvieron acompañados por sus familiares.

El rector del Santuario, el padre Luis Miguel Alaminos, así lo explicó en su homilía, donde recordó a los allí presentes que no estaban solos, y que el Niño que está en el regazo de la Virgen, recoge el testigo del buen samaritano, que prestó su aliento a los heridos en el camino. Tanto el presidente de la Cofradía Matriz, Manuel José Gómez, como la hermana mayor, Isabel Moya, fueron esos samaritanos que acercaron la Virgen a esas personas. Emotivos fueron sus discursos y sus rostros.

Toda la jornada

En esta ocasión, y a diferencia de otros años, la Orden Trinitaria, como la Real e Ilustre Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza, dispusieron que la Virgen de la Cabeza estuviera durante toda la jornada, desde primeras horas de la mañana, y hasta decaer la tarde, debajo del altar, por lo que el templo se convirtió en un hervidero de fe y amor incondicional a La Morenita, tanto dentro, como en el exterior, donde la fila de devotos fue incesante y desbordante. La caravana de coches por la carretera fue extensa.

Los directivos y colaboradores de la Cofradía Matriz se encargaron de que las personas mayores e impedidas tuvieran su protagonismo y facilidades en la celebración, donde hubo una comida para ellos en la casa de cofradías de Andújar, donde también asistieron los ediles del gobierno, Manuel Mezquita y Almudena García

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