La romería escolar propulsa la devoción y la confraternización

La actividad se inició a primeras horas de la mañana con la recepción a los colegios en el patio del CEIP Isidoro Vilaplana (centro que auspició esta romería) donde se celebró la ofrenda floral ante el equipo directivo del centro y los representantes del Ayuntamiento y la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza.

El espectacular y emocionante tremoleo de las banderas dio paso al recorrido por las calles de la ciudad, donde todo la comitiva y enjambre de jóvenes alumnos ataviados de hermanos mayores, padres trinitarios, tamborileros, trajes de curro y de gitana, banderistas, estandartes y miembros de las distintas cofradías filiales llevaron el delirio por las calles de la ciudad, que se arremolinaron de gente para contemplar expectante y admirada a la comitiva que terminó su recorrido con una recepción en el colegio Isidoro Vilaplana.

Preámbulo

La XXIII Romería Escolar tuvo sus preliminares el pasado día 9 de abril en el Teatro Principal con el pregón que pronunció la alumna del colegio Inmaculada Concepción la Salle, Sofía Serra Bachiller, donde narró las vivencias colectivas y personales de la Romería de la Virgen de la Cabeza. El cartel de la presente edición es obra de la alumna de 4º de Primaria del colegio Virgen del Carmen, Inmaculada Sánchez, todo un alegato a la integración social.

La Romería Escolar se ha convertido en el vivero para la supervivencia de la devoción, porque el alumnado de la ciudad es ya depositario de la transmisión de los valores de una romería, cuyo valores ha recibido de sus antecesores. Además, este acontecimiento se ha convertido en una escuela de valores, porque desde el colegio Isidoro Vilaplana se trabaja con los valores de la convivencia el respeto, la amistad y la diversidad con esta romería escolar.

En esta actividad, de gran tradición y calado entre la población, los más pequeños han mostrado esta mañana su devoción más candorosa hacia la Virgen de la Cabeza, patrona de la ciudad y de la Diócesis de Jaén. Este proyecto se gestó como parte del programa Escuela Espacio de Paz en el seno del CEIP Isidoro Vilaplana para impulsar conocimiento de la cultura y de las tradiciones de la ciudad, además de incorporar la confraternización.