La Peregrinación Blanca vuelve a abarrotar la Basílica de devotos

La intensa neblina que envolvía en la mañana del domingo la Basílica y Real Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza y que después rasgó el sol confraternizó con el emotivo momento que ayer se vivió. La Peregrinación Blanca volvió a reunir a esas personas que se hallan en el otoño de sus vidas, a quienes les abate una enfermedad o andan impedidas por alguna minusvalía y que de nuevo, volvieron a encontrarse cara a cara con su 'Morenita' del alma que les reporta a emociones de antaño y les devuelve un halo de esperanza.

JOSÉ C. GONZÁLEZ

Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:15

Esta devoción volvió a demostrar su lado más puro y su auténtica dimensión y hondura que entroncan con uno de los principios evangélicos, donde la Virgen siempre muestra su lado más bondadoso a los más desvalidos. El templo se abarrotó un año más con personas venidas de la ciudad andujareña, de la provincia de Jaén y de distintos lugares de España, aprovechando el puente festivo del Pilar y la Hispanidad.

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La Real e Ilustre Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza y la Orden Trinitaria (que acaban de firmar un armisticio tan solo en apariencia) prepararon uno de los cultos más emotivos e intensos como es la Peregrinación Blanca, que desde hace 30 años convoca a todas esas personas que ya les resulta difícil acudir a la Romería por diversas circunstancias, motivadas en gran parte por la salud y la edad. "La misma Virgen María y Jesucristo que está en sus brazos quiere acercarse hoy a vosotros, colmaros de sus bendiciones y compartir la cruz que lleváis y ser el bálsamo y consuelo en vuestras etapas de dificultades en la vida", señaló el vicepresidente de la Real Cofradía Matriz, Antonio Aceituno.

Caminar en hermandad El rector de la Basílica del Cabezo, el padre trinitario Domingo Conesa, apeló a los asistentes a seguir caminando en la devoción haciendo hermanos, "y en el nuevo encuentro con Ella nuestro corazón goce y nos haga amar a cuantos estamos a nuestra lado", demandó el padre Domingo.

El presidente de la Real e Ilustre Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza, José Carlos Millán, significó en su Acción de Gracias que cada uno de los asistentes besó el manto de la Virgen como si fuera el que una madre da a su hijo, "vuestra fe es capaz hoy de mover montañas porque hay tantos recuerdos, tanta esperanza en esos segundos que son eternos ante Ella, la sonrisa de Dios en medio de nosotros".

Tras la Eucaristía se vivieron los momentos más conmovedores y solemnes de la jornada de ayer cuando los representantes de la Real Cofradía Matriz bajaron la Virgen hasta el mismo altar, para que las personas enfermas, minusválidas y mayores besaran el manto de la Virgen con los ojos implorantes y embargados por la emoción y la nostalgia que piden consuelo y ayuda. Sus lágrimas también contagiaron a los hermanos mayores Guillermo Cervera y Ana María Gómez, quienes doblegaron ante tanta emoción.

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Mucha gente también acudió a el encuentro con la Virgen que llevan en lo más profundo del corazón para rogarle y agradecerle un contacto íntimo más donde se lanzan la rogativas más íntimas con el corazón. El besamanto se prolongó hasta primeras horas de la tarde, ante la inmensidad de devotos que anhelaban el cara a cara con La Morenita, reina de muchas almas y corazones. La jornada acabó con una comida de convivencia en la Casa de Cofradías.

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