Romeros desbocados por la fe a su 'Reina'
Los romeros y devotos remontan los inescrutables senderos hacia el Santuario sin importarles la lluvia y el barro
JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
Domingo, 30 de abril 2017, 01:15
Los inescrutables e inefables senderos serranos que conducen hasta la Basílica y Real Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, no entienden de lluvia, frío, calor, barro, viento y niebla, porque las almas devotas y ebrias de fe y fervor saben que les espera su Virgen de la Cabeza con su infinito caudal de bondad y su manto misericordioso y son conscientes de que la solidaridad, compañerismo, solemnidad que les aguarda en un trayecto plagado de magia, encanto y naturaleza ayuda a sobreponerse a cualquier adversidad y contratiempo.
Ayer fue un fiel ejemplo de como una devoción muy enraizada y extendida por muchas partes puede restar cantidad, pero no pasión, entrega, dedicación y amor. La lluvia pudo deslucir el paseíllo y tan solo una primera parte del camino (a primeras horas de la tarde el tiempo mejoró considerablemente), pero sus actores y participantes volvieron a transmitir emoción El camino se volvió a disfrutar desde las diferentes facetas, desde la alegría y el jolgorio de una carreta, hasta la intimidad hecha plegaria del peregrino o la elegancia que propician la simbiosis entre jinete, amazona y caballo, jamuga o mulo.
Todas caben en una Romería universal con poder de irradiación y atracción ilimitado e incontenible.
El mundo de las carretas sustituyó a finales de 1970 a las antiguas camionetas. Identifican a la Romería por su vinculación a las peñas y los lazos de familiaridad que destila, aunque en los últimos años está contribuyendo a afianzar la propagación de la devoción, gracias a la jovialidad y compañerismo del movimiento carretero.
Ángel Jiménez es un alicantino, que tiene familiares en Andújar. Lleva 20 años disfrutando de una manera ininterrumpida de la misma carreta, que lleva por nombre 'Reina de Abril', que cada año cuenta con más niños, «de cinco y seis años que antes de hacer la primera comunión ya están pensando en subir a María Santísima de la Cabeza», señaló Ángel, quien añadió contento y emocionado como a la Virgen de la Cabeza la tienen presente durante todo el año en tierras alicantinas, «cuando vemos la medalla que tenemos colgada estamos contando los días pare venir a verla y a la Romería», relató este romero medio alicantino y andujareño, mientras lanzaba los 'vivas' a la Virgen de la Cabeza.
Otra forma de propagación de la Romería es lo que se conoce popularmente 'como el 'boca a boca', o sea a través de la invitación de familiares y amigos de cualquier parte, que una vez que la viven, repiten por lo que esta devoción mariana tiene un poder de convocatoria especial, emotiva y singular, y que no deja de crecer, aunque los avatares de la obstinada crisis se encargaron de tumbarla, algo a lo que no doblega la fe y la tradición.
Peregrinaje
Otra forma de vivir el peregrinaje y la devoción es el peregrinaje. Devotos de todos lados realizan el camino andando por el indeleble y emblemático 'camino viejo o de herradura' que conecta Andújar con el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza.
Entre paso y paso hay promesas y plegarias íntimas, lazos de amistad con el hermano peregrino y el goce de un parque natural que encierra la mayor biodiversidad de toda Europa. Juan José Garrido y seis peregrinos más, todos ellos de Baeza, realizaron ayer el camino en Romería. Juan José repite por segundo año consecutivo y ha repetido porque el año pasado le gustó mucho la experiencia. El año pasado fueron cuatro personas y en esta ocasión se han sumado otras tres más. «Aunque el tiempo no está acompañando, también se disfruta, con la naturaleza, con el desayuno que nos dan y sobre todo tiene su recompensa cuando vas a ver a la Virgen, lo tiene todo», comentó Garrido.
Ayer también hicieron el camino peregrinos de Alcalá la Real, Martos, Mengíbar, Ávila y de Huesca. Unos 300 peregrinos pasaron durante la jornada de ayer, por lo que no le temieron al viento y a la lluvia. Más o menos fue la cifra de los últimos años.
La ermita de San Ginés es un punto de confluencia para las carretas, peregrinos y caballos. Muchas de las personas se adentran en el interior para cantarle y rezarle una salve a una cerámica que muestra la imagen de la Virgen de la Cabeza y de San Ginés. Las emociones se desbordan, porque hay quienes no pueden contener las lágrimas.
Es un lugar para el descanso de los caballos, donde beben en los abrevaderos reservados para ellos y de confraternización entre los familiares de los caballistas que acuden con sus coches. La Asociación Cultural Peregrinos del Alba la construyó en el año 1997. Su presidente, Manuel Luna, anunció ayer que la ermita de San Ginés va a ser declarada patrimonio de la romería.
A caballo es la forma tradicional de hacer el camino ensoñado hacia el Cerro del Cabezo en la mañana en la jornada del Sábado de Romería. La comitiva de la Real Cofradía Matriz emplea el equino por su vinculación intrínseca a la Romería de la Virgen de la Cabeza.
El cortejo volvió a dejar momentos irrepetibles e inolvidables como las reverencias al Cuadro de la Virgen, el recuerdo a la personas que en su día extendieron la devoción en el Cementerio, el rezo del Ángelus en San Ginés, 'La Salve' en el Mirador del Peregrino, la entrada imperial por el Puente de Lugar Nuevo el furor y el estallido romero en su presentación ante la Virgen de la Cabeza.
Gonzalo es un jinete que lleva subiendo desde los tres años al Cerro. Es una experiencia que dice se la recomienda a todo el mundo, «porque son vivencias que se quedan en los adentros para siempre, porque vamos un grupo de amigos que disfrutamos de la afición de caballo y además compartimos todo lo que tenemos, la bebida y la comida por lo que hay mucha solidaridad en este mundo». Señaló además que los caminos de lluvia y frío son los que luego se recuerdan.
Gonzalo está detrás de la formación de la Asociación Ecuestre Andújar y ya engloba a cerca de 400 personas, que testifica el enorme arraigo del mundo del caballo en la ciudad andujareña.
El camino tuvo un paréntesis un año más en la tradicional comida de Lugar Nuevo, donde pararon los carreteros y caballistas con los familiares. El cerca de millar de vehículos evidenció el descenso de afluencia a Lugar Nuevo, por la lluvia y el barro.
Y mientras, el templo sacral de Sierra Morena fue un epicentro de honda y profunda devoción, tanto con lluvia y sin ella, porque la fila de fieles fue incesante. Las 66 cofradías se presentaron con profunda emoción y cariño, desde la mañana hasta la noche. Villardompardo se ha unido este año como grupo parroquial. El pebetero fue depositario de los anhelos de los devotos que hoy estallarán de emoción y fervor cuando su 'Reina y Señora' traspase las puertas del templo para procesionar ante el clamor inusitado.
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