El Iliturgi reafirma su asalto a la División de Honor tras superar a un rival directo como el Valdepeñas en un trepidante choque, 2-1

El partido ha estadio marcado por la tensión y la importncia de los puntos en litigio y se ha vivido en el José Luis Mezquita andujareño la pasión de antaño, antes de la aparición de la pandemia, (solo las mascarillas del público recordaron que aún estamos inmersos en ella) y solo un aficionado visitante puso la nota discordante al gran ambiente reinante en las gradas, tras excederse en su exceso de pasión y fervor. La presencia de las autoridades (ahora la nueva sede de la Policía Local se halla justo al lado del estadio) calmaron el ímpetu de este hincha. La victoria reporta a los iliturgitanos su doble botín, porque aparte de amarrar el liderato del grupo acumula en la alforja tres puntos que cuentan en la segunda fase. Los valdepeñeros obtuvieron la victoria en la ida.

Los dos equipos arrancaron con los colmillos afilados el choque y con los sables y la coraza preparados para anularse. La pasión, la lucha y la brega aparcaron la vistosidad y en cada acción ningún jugador escatimó un gramo de esfuerzo y derrochó adredalina en cada pugna. Los iliturgitanos dominaron territorialmente y encontraron premio al cuarto de hora cuando Iván Águila remachó a la red un servicio por la izquierda de Javi Blanco, que una vez más fue un derroche de poderío y desborde que le costó abandonar el choque con molestias en el último suspiro del choque. El tanto cambió el rumbo del partido, porque los azulgrana dieron un paso hacia atrás ante un Valdepeñas que se estiró y avisó antes de nivelar el encuentro a la media hora. Pareja botó una falta por la parte derecha y el central Poncho cabeceó libre de marca a la red. El tanto desconcertó a los locales, que perdieron por lesión a su goleador, Iván Águila.

Pero al filo de descanso, el Iliturgi encontró el oasis en medio del sufrimiento. El meta visitante Juanjo no blocó una falta botada por Cayuela y el capitán Esparllagas, presto aprovechó el rechace para enviar el balón al fondo de las malla. Este tanto fue a la postre el definitivo y acreditó al aguerrido central azulgrana como especialista en goles transcendentales.

Tras el descanso, el Valdepeñas empotró a su rival en el campo, que sólo dio señales de vida en tímidos contragolpes. Esta fase apenas tuvo acciones de transcendencia y se reservó el suspense para el descuento (el colegiado se excedió en la concesión). El meta local Pablo interceptó un remate a bocajarro de cabeza del Valdepeñas, que le hubiera privado a su equipo de la victoria y le hubiera otorgado un punto valioso a los de la Sierra Sur. Al final, el Iliturgi se llevó el triunfo y amarró el liderato. Pero tuvo un anticipo de las emociones y el esfuerzo que le quedan por vivir. De momento va por la senda correcta, a la espera del último partido en Mancha Real, cuyos puntos en juego también tienen su valor.