Organizaciones agrarias alertan que el algodón se encamina a la extinción en la zona

Una mejora considerable este año de la cosecha de algodón, respecto a estos últimos años de pertinaz sequía, no frena la amenaza de desaparición que pende sobre un cultivo que ha estado muy arraigado en la zona. Así se desprende del testimonio de los representantes agrarios de la zona y de algodoneros.

El dirigente de Asaja en Andújar, Miguel Girón, destaca que los agricultores profesionales carecen de materiales activos para atacar las plagas. «El algodón necesita muchos tratamientos, sulfatos insumos para los tratamientos contra los gusanos», de ahí que pronostique la extinción de este cultivo en la provincia de Jaén, porque apunta que el precio del algodón es muy bajo, en torno a 40 céntimos el kilo de algodón. Girón añade que la producción de 1.500 kilos por hectárea es insuficiente para extraer una rentabilidad. «Que están lejos de las 3.000 hectáreas que producíamos hace uno años».

Miguel Girón añade que este año se ha tenido que resembrar algodón, a lo que se añade los nocivos ataques de diversas plagas que tanto dañan su producción. «A lo que se añade el encarecimiento de los productos que controlan las plagas», agrega Girón, quien precisa que se hallan en unos márgenes pírricos de producción, que nos da para cobrar la ayuda pero con un gasto enorme, como si fuésemos a coger los 3.000 kilos de antaño», concreta este agricultor profesional.

Por ejemplo, antes Andújar se acercaba a las 3.000 hectáreas de algodón, las que se alcanzan hoy en día en la provincia, y en la actualidad solo llegan a las 800. Este dato testimonia el desvanecimiento de este cultivo en la zona. «Todo esto se está sustituyendo por placas solares, porque los arrendatarios no pueden mantener unos costes elevados y tienen que negociar las rentas con las eléctricas», afirma el responsable de Asaja en la zona, quien apela a que se opte por variedades transigencias -resistentes a las plagas-, porque avisa que el algodón puede desaparecer de la provincia de Andalucía y Grecia, las grandes productoras en Europa». Señala que China y Estados Unidos son grandes zonas algodoneras, «porque el material va destinado a uso armamentístico», asevera.

COAG

Ana Vilches, algodonera de la COAG, indica que este año el algodón «no tiene precio». Subraya como la mayor cantidad de riego ha incrementado la dotación de algodón, lo que ha mejorado ostensiblemente la producción respecto al año pasado, «pero la contraposición la encontramos en los bajos precios, en las plagas y y en el encarecimiento de los productos que se emplean para el cultivo, por lo que luego no se traduce en rentabilidad», lamenta Vilches, quien no le atisba futuro al algodón en el entorno. Por contra las últimas lluvias van a permitir a los agricultores desarrollar cultivos de otoño. Ana percibe una desgana por parte de los algodoneros, pese a las subvenciones que les llegan.

Juan Santamaría, delegado de UPA, es testigo en primera persona de como algodoneros que están afiliados a la Unión de Pequeños Agricultores se están planteando abandonar el cultivo del algodón. «Las producciones son exiguas, los precios muy bajos y sufren constantes ataques se plagas, por lo que comentan que no valen la pena sembrar algodón», apostilla.

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