
La berrea, cuando la sierra es un otero de polifonías
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ALFREDO YBARRA
Lunes, 23 de septiembre 2019, 12:23
Todos los años cuando el otoño se anuncia con múltiples gestos, muchos tenues y sólo perceptibles para quienes saben leer en la brisa, sentir los mensajes de la irisación del cielo, y escuchar el eco de los lentiscos, los alcornoques, cantuesos, jaras y, madroños, que se extienden a través de la Sierra de Andújar, hay una cita que para muchos es inexcusable con uno de los actos más representativos de estos lares montaraces. Es la berrea, la gran ceremonia, el estremecedor acontecimiento, de estos montes y dehesas que desde pretéritos siglos rubrican su destino venatorio.
Desde El Burcio del Pino, el lugar más alto de la sierra, (1.290 m.), se extienden hacia el sur míticos santuarios cinegéticos, unos dentro del Parque Natural Sierra de Andújar, otros en su zona de influencia: Valdelagrana, El Risquillo, Fontanarejo, Montealegre-Rosalejo, Los Alarcones, Los Escoriales, Cabeza Parda, Nava el Sach, El Horcajuelo, la Dehesilla de Rojas, Sardinas, El Gorgogil, La Virgen….Allí desde los espesos jarales, desde el verde diferente de los madroños y por entre las majestuosas encinas en estos días de septiembre, cuando las temperaturas se suavizan y la humedad va penetrando el ambiente, y hasta aproximadamente la mitad de octubre, en los ralos de la serranía tiene lugar la prodigiosa sinfonía sensitiva de los ciervos. Es tal vez el cliché más conocido de estos parajes serranos para atraer a una gran cantidad de visitantes.
Pero esta parte de Sierra Morena ofrece infinidad de posibilidades en distintos aspectos para el solaz más contumaz de los sentidos. No obstante hablamos de uno de los lugares hispanos más ricos en diversidad, que en su mayor parte se encuentra protegido bajo la denominación de Parque Natural Sierra de Andújar.
Parque Natural Sierra de Andújar
Un espacio natural protegido (declarado como tal en 1989) con un alto grado de conservación. Sólo el parque natural tiene una extensión de 74.916,54 ha. 2003. Designado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), incluido en la Lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), adherido a la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), está declarado Zona Especial de Conservación (ZEC). Igualmente la observación del cielo nocturno en este lugar es especialmente despejada y por eso tiene la calificación de Reserva Starlight. Con flora y fauna de impar significación, es uno de los mejores referentes europeos del bosque mediterráneo. En él se puede observar al lince ibérico, el meloncillo, la nutria, el lobo, el ciervo, el jabalí, el gamo, el muflón, la cabra montés, el toro de lidia, el águila imperial, el buitre negro, el águila real, o el búho real; ejemplos de un sinfín de especies donde igualmente destacan reptiles, anfibios y peces de extraordinario valor zoológico. Igualmente es muy importante su riqueza botánica. En la actualidad, el Parque Natural Sierra de Andújar (gestionado por la Junta de Andalucía), está ocupado en la mayoría de su territorio por fincas cinegéticas privadas. Cuenta con la singular presencia del Centro de Montes de Lugar Nuevo y Selladores Contadero, fincas administradas por el Estado, que funcionan con una reserva particular, privativa en mucho de un uso más público.
Estamos ante un santuario natural difícil de describir, que no se explica por unas fotografías, o un vídeo. Si se visita con la intención de intentar descifrarlo, si se siente, es toda una composición polifónica que se siente sublime, armónica, en lo profundo del ánimo. Invita a la serenidad contemplativa a afanes cuasi ascéticos, surcado por soberbios oteros, por sigilosas veredas, y caminos que se hacen calidoscopios, y en los que es necesario adentrarse para descubrir su enormidad.
En la berrea, en las primeras horas de la mañana, y a la caída de la tarde, especialmente, los grandes ciervos salen a los claros de la sierra y se entregan pletóricos a una ceremonia soberbia, donde braman (berrean) llamando la atención de las hembras y buscando contrincantes con los que batirse en una disputa sin cuartel para rubricar quien es el más fuerte, el señor del harén, demostrando su casta, su supremacía y así tener derecho a cubrir al mayor número de hembras, asegurarse descendencia y perpetuar así la especie. Los envites y duelos sacuden el corazón de la serranía con el seco percutir de las cornamentas. Los contendientes acaban extenuados, pero el ganador se insufla de potestad. Después de ocho meses de gestación, las ciervas darán a luz aproximadamente en mayo, a una sola cría (raramente dos). Al ciervo le sigue el gamo, cuyo cortejo nupcial se denomina ronca por los sonidos que estos ungulados producen; después viene el muflón, para terminar cercano el final de año con el macho montés, y el jabalí. Después de ocho meses de gestación, las ciervas darán a luz aproximadamente en mayo a una sola cría (raramente dos).
Para observar la berrea hay empresas dedicadas a ello. También hay lugares asequibles a cualquier visitante, como son diversos tramos de la carretera de la Presa del Jándula. Ahí se encuentran praderas en las que, especialmente a la caída de la tarde, se puede contemplar la berrea. Igualmente puede observarse en la carretera de la Parrilla, en el Camino Viejo, o cordel de los Molinos, en el tramo que baja hasta el Jándula desde San Ginés. Así mismo desde los diversos miradores que se distribuyen a lo largo del Parque Natural, y siguiendo la carretera que de Andújar va a Puertollano atravesando la sierra y parte de sus grandes cotos, hay sitios desde donde vislumbrar la gran parada de los cérvidos en toda su plenitud.
Ya corren de agua nueva los arroyos, los cucos van dejando de cantar, los cormoranes planean sobre ell Jándula, ya la 'mariposa del madroño', con su llamativo colorido, la mayor diurna europea, con su vuelo pausado se remueve aún entre los madroños. Se escuchan unos aullidos de otro siglo. El cochino sorprendido, el venado nervioso, el lince esquivo y altivo, y el buitre ya empieza a otear lo que otrora en el siglo XIX y las primeras décadas del XX, era la aventura venatoria y hoy es sólo un episodio sin disyuntiva. Pronto en estos pagos serranos comenzarán las monerías. Precisamente por historia, cantidad y calidad de reses, la importancia de los cotos, el movimiento económico que provoca, la Sierra de Andújar y sus espacios colindantes conforman uno de los lugares más representativos e importantes para la caza mayor.
Si pueden no se lo pierdan: los grandes ciervos braman mostrando la majestad de sus candelabros en un paradigma de biodiversidad. Pero nos emplazan a conocer más y mejor el mosaico de incontables perspectivas de estas serranías.
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