El templo andujareño se desgarra de pena

Ayer, Jueves Santo, la lluvia hubiera trastocado los planes de una Semana Santa normal, de no haber irrumpido esta maldita pandemia. Las lágrimas ya clásicas de desconsuelo por no ver salir a los pasos hubieran suplido a la desazón interna de los cofrades por culpa de la anomalía que se está viviendo.

El secretario de la Agrupación de Cofradías del Arciprestazgo de Andújar, Miguel Ángel Pérez, definió ayer para IDEAL las sensaciones que se están experimentando en el seno de las hermandades de Pasión en un año desgraciadamente especial «lo estamos viviendo con mucha pena, y estos son días duros para nosotros», asevera Pérez. La agrupación ha donado el importe de los premios de las Cruces de Mayo (también suspendidas) y entregó el pasado miércoles al Hospital Alto Guadalquivir 55 litros de gel higiénico desinfectante para las manos. Respecto a posibles actividades de cara al futuro más inmediato, Pérez apela a la prudencia, «tenemos que ver donde llega este tema de la pandemia, lo que está claro es que Semana Santa no habrá luego, porque eso es lo que estamos haciendo, aunque se hayan suspendido las procesiones», ataja.

La única procesión que estaba programada a lo largo de la mañana de hoy era la conocido popularmente como la del 'Señor de los Señores', ligada en su tiempo a la alta alcurnia, porque la recuperó el Conde de la Quintería. Representa a Jesús Nazareno en su camino tortuoso y extenuante al Calvario y ayudado por Simón El Cirineo, que encarna hoy en día a todos esos colectivos y profesionales que están en primera línea aliviando a las personas enfermas de esa cruz que representa hoy en día el Covid-19.

La hermana mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Rafi Montero, señala que todos los hermanos y costaleras y demás hermandades «lo estamos llevando muy mal, pero siempre con el consuelo de que lo estamos haciendo bien para que la situación vuelva otra vez a su cauce». La cofradía proyectará por las redes sociales imágenes de procesiones de otros años y añadirá unas fotos. Este año iban a alargar el recorrido porque el paso dispone de dos cuadrillas enteras de costaleras «además todas ellas son chicas jóvenes, que cada año se van animando más y que muestran mucha fe, que es la que necesitamos para salir de esto muy pronto», suspira Montero.

Ya por la tarde, la Venerable Hermandad de las Angustias iba a abrir un cortejo de dolor embadurnado con un profundo amor. Clásica es la estampa de los Viernes Santo a primeras horas de la tarde cuando la gente se concentra en masa en la calle Ollerías (se constituye cada año en un hervidero de esencia cofrade) para presenciar con admiración y deleite la salida de una Madre abatida a pie de la cruz con un Cristo Yacente depositado en su regazo.

Hoy no se rasgará el templo de San Bartolomé al no ser testigo del último suspiro de Jesús antes de morir en la cruz. El hermano mayor del Santísimo Cristo de la Expiración, Santa María Magdalena y Nuestra Señora de la Amargura (cofradía de los Estudiantes), Fernando García, recuerda que siempre hay ilusión por salir, máxime cuando el año pasado se tuve que suspender la procesión por la lluvia. «Esperemos que pase pronto este año para vivir un nuevo Viernes Santo». La Cofradía consiguió celebrar el triduo, aunque suspendió la Función Principal y la presentación del cartel. «Rezaremos para que la gente se cure del virus», indica García.

Hoy no se verá al Cristo Yacente llevado con mimo por sus portadores y esa majestuosidad y recogimiento por el caso monumental. La Virgen de la Soledad no irá en silencio por los aledaños de San Bartolomé con esa terrible pena y atribulación que le abate. Lo que si se podrá ver es una exposición pictórica on-line que lleva por nombre 'Isturgi Passio' sobre las hermandades.