La prensa de hace un siglo II

Como ocurre siempre, la consolidación de un periódico tiende a disminuir el número de nuevas iniciativas; con todo no faltarán en Andújar nuevas cabeceras, tanto conservadoras como progresistas, y de las que hablaremos próximamente. Desde el primer momento El Guadalquivir se sitúa en el lado más conservador del panorama, asentándose en una corriente católica tradicionalista. Y, así, por ejemplo nada más nacer se suma al liderazgo de la iniciativa pro coronación canónica de la imagen de la Virgen de la Cabeza. Son otras muchas las evidencias que podríamos poner de esta tendencia; así, en los primeros años del semanario, Rafael de Valenzuela Sánchez-Muñoz publica en sus páginas una serie de artículos, «Mirando al Santuario», que aparecerá luego, en 1912, en libro y más adelante dará título a una publicación religiosa local. Pero El Guadalquivir en prácticamente 30 años de existencia va a dar para mucho, y va a ser el depositario en gran medida de los anales locales en ese tiempo; política, vida social, acontecimientos de todo tipo, vida comercial (con la publicidad de aquella época); la cotidianidad local. No van a faltar en sus páginas las firmas más egregias de Andújar y de la provincia.

El Guadalquivir alcanzaba el 2 de enero de 1926 su número 1.000. Su fundador; Agustín Bellido Rubio, muere en mayo de 1927, a los 56 años, y el periódico atraviesa una etapa de crisis. Su viuda procura vender la imprenta, que finalmente queda en manos de José María, hermano de Agustín, que mantendrá el taller y el semanario, con el mismo carácter de periódico católico sumamente conservador. José María, propietario de la cerería Pontificia y de una fábrica de jabón, en política militó en la Comunión Tradicionalista, de la que fue jefe en Andújar y posteriormente en la provincia de Jaén. A finales de la década de 1920 era primer teniente alcalde de Andújar. En 1930 actuaba como jefe regional tradicionalista de Andalucía, ​ El 20 de mayo de 1930 fue uno de los firmantes de un manifiesto jaimista (carlista) que afirmaba que la doctrina tradicionalista podía devolver a España «su perdido equilibrio moral y sus pasadas grandezas».​Fue terciario franciscano.​

El Guadalquivir, según relata Antonio Checa Godoy en su Historia de la Prensa en Jaén 1808-2012 (Asociación de la Prensa de Jaén, 2013) se convierte en decidido impulsor comarcal de la Unión Monárquica Nacional, hasta que la llegada de la II República le obligará a replantearse su posición. También defendería firmemente a Primo de Rivera hasta su caída, y después de ella. Según el censo de 1927, El Guadalquivir mantenía una tirada de mil ejemplares por número. A mediados de 1935 alcanza los 1.500 números publicados. Inserta frecuentes artículos, como los de José Malaret Romero, defendiendo el fascismo. En algunos de sus números el periódico incluye un lema: «Patria, familia, religión, orden, propiedad, trabajo». Defenderá también al líder ultra José Albiñana fundador del Partido Nacionalista Español, y en general se mostrará más cercano a los partidos monárquicos que al parcial posibilismo de la CEDA. Mantendrá en todo momento su perfil de periódico católico con firmeza. Pero como digo, El Guadalquivir y sus miles de páginas dan para considerar muchísimos aspectos del devenir de Andújar. Será el referente de una parte imporftante de la sociedad iliturgitana, en la que influirá significativamente, definiendo un imaginario colectivo local que en determinados aspectos perdura hoy en día.