La ocupación hotelera se halla bajo mínimos en el municipio por culpa de la pandemia
Aunque las viñas se hallan atestadas de gente, la mayoría de los empresarios no se acercan ni al 50% de la ocupación
JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
Viernes, 14 de agosto 2020, 17:41
Pese a que las viñas están totalmente ocupadas y han servido de refugio a muchas personas en estos tiempos de pandemia, el sector del turismo ha sufrido un fuerte varapalo por culpa de la Covid-19 en el municipio, aunque la gente se decanta por el interior.
Los establecimientos hoteleros y turísticos han experimentado un fuerte descenso respecto al año pasado. Ramón Barrios regenta un conocido complejo en la carretera del Santuario. Es uno los sitios que está manteniendo el tipo. «No tenemos turismo nacional e internacional, pero nos vienen vecinos de la comarca, y al menos trabajamos a un 70% respecto a otros años», afirma.
No tiene una perspectiva tan halagüeña Salvador López Santiago, que ha tenido que cerrar el hotel del Santuario. «Yen el de la ciudad estamos entre un 20 y un 30% de ocupación, y no sabemos como se nos va a presentar el otoño que es una época buena siempre para nosotros», acota. La no celebración de bodas y el miedo a los contagios retrae a la gente a la hora de viajar. «Tratamos de atender lo mejor a la poca gente que viene para que se lleve una buena impresión», constata.
Bajo mínimos
Antonio Crespo es un médico y empresario que se embarcó en el sector turístico y es responsable de apartamentos por el centro. «La cosa está fatal para los establecimientos hoteleros y apartamentos que están legalmente constituidos y eso pasa en toda la provincia, donde tienes dificultades para encontrar una casa, pero sin embargo los hoteles están al 50%», confirma. Crespo ha confirmado que el pasado mes de junio solo facturó un 10% de lo que alcanzó en junio del año pasado. «En julio empezó a mejorar la cosa, pero cuando aparecieron los rebrotes, la gente canceló las reservas». A mediados de julio llegaron al 35% para bajar a finales un 20%. «En este mes suele venir mucha gente a ver a los familiares». No espera un futuro esperanzador para el otoño. «Estamos en pérdidas y algunos hoteles piensan cerrar», avisa. Crespo espera que a finales de año se alarguen los ERTES. «Hasta que no llegue la vacuna no esperamos que se solucione este problema». Calcula que en España la vacuna no llegará hasta bien avanzada la primavera en España. Como médico, barrunta un otoño complicado, «porque se va a juntar el coronavirus con las gripes y las neunomanías». De momento, ha paralizado las obras del hotel de cuatro estrellas que iba a empezar en la Corredera de San Bartolomé para el mes de mayo. «Tengo las autorizaciones, pero hasta que no llegue la vacuna no empiezo los trabajos», refrenda Crespo. Una de las claves de esta bajada de las reservas la expone Antonio Crespo. «La gente busca casas donde estén aisladas de la gente», razona.
Así lo ha comprobado Teresa Medina, responsable de unos alojamientos rurales en la zona de Las Viñas. «Pese a que nuestros apartamentos son amplios la gente se echa atrás al comprobar que nuestra piscina es comunitaria». Recuerda que el año pasado en julio llenó todos los días. Ahora espera la gente los fines de semana a cuentagotas.
Manuel Moreno, responsable del hotel que se halla en la entrada de la ciudad ha echado en falta la gente que viene del extranjero de paso por la ciudad. «Yel turismo nacional se ha resentido porque la gente tiene miedo a contagiarse», reseña. Entre semana si tiene actividad por la gente que trabajo, pero en los fines de semana ha notado un sensible descenso.
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