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Aspecto que presenta en la actualidad la zona de la Isla. / GONZÁLEZ
El ocaso de la zona de la Isla de Andújar
FUE UNA DE LAS GRANDES ZONAS DE HUERTA DE LA COMARCA

El ocaso de la zona de la Isla de Andújar

AGRICULTURA Y TRADICIÓN ·

El representante de UPA, Juan Santamaría, cuenta la falta de relevo generacional en la siembra

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

CORRESPONSAL

Lunes, 2 de septiembre 2024, 13:11

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Atrás quedó la época de esplendor de la zona de La Isla, prolífica en su tiempo en productos de la huerta y en frutales, que abastecían a la ciudad y a los pueblos de la comarca, gracias a la febril actividad en la siembra que le procuraban los labriegos de este entorno del municipio.

Los embates del clima y la falta de relevo generacional en las tareas de siembra y cultivo han reducido el entorno a siembras muy puntuales. Eso sí, se ha convertido en un lugar de asueto para la ciudadanía y de pasto para los caballos. Además, en ciclos de lluvia, vive bajo la espada de Damocles del riesgo de inundaciones. Eso sí, por su sendero, son muchas las personas que aprovechan la mansedumbre del entorno para los paseos y actividades deportivas, pero su idiosincrasia hortelana, la va perdiendo paulatinamente.

Juan Santamaría, delegado local de la Unión de Pequeños Agricultores, (UPA) lleva ya décadas cultivando las tierras. Lamenta que este entorno tan bucólico, rozando la brisa del río Guadalquivir va languideciendo. «Aquí solo quedan los pocas olivas que yo tengo, y otro que tiene una pequeña huerta y pasto , pese a que la gente vive por aquí todavía». El propio Santamaría le ve poco futuro a este entorno, «la gente joven no quiere saber nada de los cultivos y aquí nos hemos quedado con cuatro caballos y cuatro siembras para sacar el heno a los caballos», narra con un halo de tristeza.

En la zona de la Isla se ha sembrado toda clase de hortalizas y frutales. «Pero ahora, los pocos ciruelos que hay se están secando», agrega Santamaría. También existe una pequeña parcela par el girasol, pero se trata de un caso muy aislado. Tan solo el monumento del hortelano del la zona cercana de Las Vistillas, recuerda la actividad hortelana de la que gozó el entorno y que se enclava al lado de Las Vistillas.

Inundaciones

Esta zona y Andújar, en general, corre el riesgo de inundaciones. La pertinaz sequía de los últimos años ha ahuyentado, de momento, la amenaza, pero Santamaría avisa que cuando llegue un ciclo de lluvias, las alarmas volverán a dispararse. «Se viene hablando de proyectos, pero aquí nadie hace nada porque estamos abandonados», ataja. Juan apunta que en esta época de verano ha existido mucho matorral seco, que aparte de suponer una amenaza de fuego, «ofrece un aspecto desértico», detalla. Santamaría avisa que el río se ha quedado sin caja y añade que está lleno de lodo. «Luego cuando vengan las épocas de lluvias y los riesgos se acordarán de la zona, pero hasta la fecha solo hemos tenido promesas y mentiras», censura.

Santamaría rememora como La Isla se convirtió en la huerta de Andújar y su comarca, «venía mucha gente a comprar y de distribuían los productos a través de pequeños almacenes». Incluso en este enclave llegó a funcionar una cooperativa hortofrutícola, que desapareció por la deuda que generaron lo marchantes que venían de la zona del Levante. «Esto da mucha pena, porque lo hemos vivido aquella época de esplendor nos entristece el ver como se encuentra ahora», lamenta Santamaría. «Las personas mayores que nos hemos quedado por aquí estamos ya no dedicamos a descansar».

Descuido en el camino

Santamaría denuncia por otra parte, que el camino que une el campo de fútbol con La Isla, se encuentra abandonado, «parece un basurero, aquí no viene nadie a limpiarlo, porque los forrajes llegan hasta la mitad de la carretera y aquí un día vamos a tener que lamentar un accidente, aunque ya la gente tiene miedo a pasar con el coche». Incide que este hecho lo ha puesto en conocimiento varias veces en el Ayuntamiento, «y aquí no viene nadie a limpiarlo», apostilla.

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