Las nuevas medidas ocasionan otro mazazo al sector de la restauración local

Las normativas han mermado los ingresos de una actividad económica que ya andaba algo alicaída y que estaba aguantando el tirón del verano. «Nos mantenemos con los desayunos de la mañana, porque por la noche se han reducido mucho nuestros ingresos e incluso nos hemos planteado cerrar», comenta Raúl, responsable de una cafetería-restaurante que se halla justo al lado del Monumento a la Jamuga, en al céntrica calle de San Antonio.

Esta pandemia ha coincido con la refundación del gremio de la hostelería en el municipio, que va a apostar por la unificación del sector para soportar los embates de la pandemia y que ya de cara al próximo mes de septiembre pretende dar sus primeros pasos, tras su reciente constitución. Francisco José Jiménez Aguilera se perfila como uno de los integrantes de la directiva. Junto con su hermano regenta la cafetería de la Estación de Autobuses de la ciudad, por lo que ha sido fiel testigo del trasiego de viajeros que ha experimentado el municipio en el transcurso de este verano. «No se ha visto una demanda de viajeros y la gente se está desplazando por necesidad».

Añade que la nueva medida que limita los horarios en los bares. «Se ceba con nosotros, porque no entendemos que se circunscriban al sector de la hostelería, cuando adoptamos medidas de higiene y de ventilación», lamenta. Tanto él y su hermano se reinventaron tras la pandemia y han gozado de aceptación con sus ofertas de pescado y carne a al brasa en su terraza durante las noches de los fines de semana. «Acatamos las normas e innovamos, los vecinos del barrio hicieron suya nuestra idea porque se respetan las normas, pero las nuevas órdenes nos han perjudicado, porque a la una es cuando la gente está terminando de cenar y nos han bloqueado la demanda», señala. Aún así van a acatar las normas, «pese a que vamos a salir perdiendo».