Y con Marín ¡se hizo la luz!

Todo nació allá por los años cincuenta del pasado siglo, cuando Antonio Marín Sánchez, se lanzó a hacer la propuesta a los munícipes de dar una autentica iluminación a la Feria

ISABEL RECA

Miércoles, 11 de mayo 2016, 09:17

Hablar de alumbrado extraordinario en la ciudad de Andújar, es hablar de la familia Marín Ciudad. Todo nació allá por los años cincuenta del pasado siglo, cuando Antonio Marín Sánchez, trabajador de siempre con la electricidad, primero en el Ayuntamiento de Andújar y luego en su pequeño taller eléctrico, se lanzó a hacer la propuesta a los munícipes de dar una autentica iluminación a la Feria de Septiembre, entonces ubicada en los paseos de Colón y de Las Vistillas, lanzándose así de las instalaciones y reparaciones, a la iluminación.

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Antonio, embarcado en esta aventura, se fueron incorporando, en la tarea, sus hijos; primero Juan Antonio Marín Ciudad, luego Miguel Ángel y después Jesús. Ha llovido mucho y ha hecho mucho calor desde entonces, dice, ahora ya jubilado, Juan Antonio, en quien recayó la responsabilidad cuando su padre falleció, constituyendo con sus hermanos la sociedad Marín Iluminación, en el año 1993. Hoy son su hermano Jesús y su hijo Juan Antonio quienes continúan en la tarea del montaje de iluminación, aunque no por ello ande totalmente desconectado Juan Antonio, «me quedaría a oscuras», dice.

Si bien fue la feria lo primero, con aquellas bombillas de 15W y alambres, con las que hacían, nunca mejor dicho, filigranas, luego lo harían también para Romería. En feria, aunque entonces no llegaron a grandes portadas, sí que hicieron sus pinitos en esta materia, incluso levantando unos arcos verdes grandes de madera, recubiertos de bombillas, que todavía siguen en la memoria de los más mayores. Luego, nos dice Juan Antonio, vinieron las bombillas de 10W y evolucionando hasta llegar hoy día a las luces led y el hilo luminoso. En sus primeros tiempos, nos relata, llegamos a iluminar, prácticamente todos los pueblos de la provincia de Jaén, e incluso salían fuera, a poblaciones de Castilla y tipo sobre todo de la Mancha, porque eran casi inexistentes esta clase de empresas. Hoy, añade, hay más competencia y cubrimos menos ciudades de la provincia, pero sí que se hace en pueblos y ciudades de la provincia de Córdoba, además de atender las iluminaciones extraordinarias de algunos grandes centros comerciales.

Cuando quisimos saber las diferencias entre el antiguo recinto de Colón Las Vistillas, en el que se instalaba la Feria de Septiembre iliturgitana y el de ahora, con la Feria de Septiembre en honor a San Eufrasio, lo primero que señala es el carácter entrañable y familiar de aquel, 'que se añora', y el despersonalizado del actual. El nuevo recinto, dice, es otro concepto de feria, los tiempos cambian, «pero, de todas formas, ha perdido sabor». De cuando instalaban la iluminación en aquella otra, recuerda como su madre les llevaba, a media mañana, unos desayunos que eran auténticas comidas de medio día, «porque la jornada no tenía horario». También las dificultades que existían, «porque había que instalar hasta unas líneas aéreas». Ahora, en el nuevo recinto, indica, la instalación es casi definitiva y el presupuesto va siendo cada vez menos costoso. La portada es de lo más atractivo, «aunque es prácticamente la misma desde el principio, a la que se le van haciendo modificaciones cada año; este sí que será idéntica al anterior».

En el terreno laboral, Juan Antonio Marín nos afirma, que nunca han tenido ni un solo problema con el personal que trabaja a su servicio, ni económico ni accidental, «y eso que hemos trabajado, sobre todo al principio, con elementos muy rudimentarios, que eran los que por entonces había». Tampoco han sufrido nunca el que se les haya caído algunas de sus instalaciones, aunque sí que las han sufrido cuando eran otras empresas las que les prestaban el trabajo, en Jaén sobre todo, a causa del viento generalmente, «nuestra instalación y nuestro material nunca». De lo que no quiere hablar es del tema económico con los ayuntamientos, los pagos, dice, ¡vale¡, «no sé porque el que más nos cuesta y nos ha costado siempre cobrar es en el de Andújar»; «generalmente ?añade? en los otros, en el encendido de la luz, se nos abona el cincuenta por ciento y el resto al finalizar el periodo de la instalación».

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Aún así, de lo que se siente Juan Antonio Marín, es orgulloso de ser y vivir en Andújar, de sus gentes; vive y siente la ciudad, su historia y sus costumbres, no porque las 'ilumine', sino porque, como toda su familia y su mujer Encarnita Planet, se sienten «muy iliturgitanos» , la tierra, señalan «que nos vio nacer y crecer como personas, ante todo y después como empresarios, creadores de riqueza en y para nuestro municipio».

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