JUAN VICENTE CÓRCOLES
Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:25
Por el imperativo generacional de la edad, conocía a Antonio Luís desde siempre. De chiquillos en aquella escuela de don Bernardo Estepa; allí hicimos la enseñanza de Primaria que se hacía entonces, creo que a la política del ministro Ruiz Jiménez; allí convivimos con la palmeta y allí empezamos a hilvanar algunos de nuestros sueños; allí nos preparamos para ir al instituto, el examen aquel de ingreso con pruebas orales ante un tribunal sobre religión, matemáticas, lengua, historia y geografía, y un dictado.
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Creo recordar que Antonio hizo primero y segundo de bachillerato como alumno libre y en tercero se incorporó a la enseñanza oficial; tercero y cuarto como compañeros hasta la llegada de la reválida de cuarto que a mí me dejó relegado; Antonio hizo 5º, 6º de ciencias y Preuniversitario, perteneciendo a la última promoción que hizo Preu con compañeros como Antonio Crespo, Antonio Pérez, Charo y Rosa Estepa, Quino Moreno, .. en el Instituto N. B. de "Nuestra Señora de la Cabeza" .
Ya como campañeros y profesores coincidí en el instituto de Arjona y de Andújar recordamos una y mil anécdotas de la escuela y del instituto con tal situación, con tal compañero, como cuando salíamos, ya muy de noche, de clases particulares de don Bernardo y jugábamos a la pelota en los altozanos aledaños. Nuestras carteras, nuestros libros hacían de portería. Había que salir corriendo por las callejuelas oscuras y zigzageantes cuando el maestro aparecía para poner fin a la partida.
Antonio estuvo en el Instituto de Arjona 17 cursos, en el entonces "Rey Alhamar"; en el curso 91-92 coincidí con él; allí coincidió con Pilar Herrera, profesora de matemáticas también con la que compartió horas de clase y horas de coche. Me dice Pilar que Antonio, al que conocía muy bien por profesión y vecindad, tenía un carácter muy sociable con una fina ironía; un buen matemático. Yo más tarde coincidí en el instituto "viejo" en Andújar. Por la cercanía de nuestras onomásticas, San Antonio y San Juan, más de una vez invitamos a nuestros compañeros a degustar una paletilla ibérica. Creábamos un ceremonial para elegir la paletilla en el mercado de Abastos de Andújar.
Antonio se casó con Mari Paz Bellido, matrimonio que tuvo a Alfonso, Mari Paz y Alberto; hijos que se amigaron con mi hijo Juan Ignacio, por ese imperativo generacional.
Antonio L. Chamocho se nos fue. En septiembre seguirán los mismos alumnos y vendrán otros nuevos. Y como ya dije cuando se nos fue Juan Miguel Paredes, profesor de Francés, " ...por los pasillos, por las aulas se busca una respuesta por tan inoportuna ausencia". Esa ausencia que ha estado presente por las calles y plazas de Andújar.
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