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El silencio de los pinos

Tras un breve paréntesis, el Altozano vuelve a tener movimiento. El verano ha comenzado su recta final, aunque no las temperaturas. Si bien es verdad, que este estío no ha dejado, salvo algún día aislado, esos más de 40º grados y esas calurosas noches que no permiten conciliar el sueño. Pero la calurosa ciudad de Andújar ha dejado sentir sus silencios, como los pinos serranos en plena canícula.

ISABEL RECA

Miércoles, 11 de mayo 2016, 07:25

La sierra, nuestro Parque Natural, está siendo uno de los lugares más concurridos donde pasar las vacaciones para un buen número de familias de dentro y fuera de la localidad. El tránsito de vehículos por la carretera que conduce al Santuario y que lleva hasta Puertollano, en las llamadas horas punta, como el almuerzo, la noche y los fines de semana, ha tenido hasta caravana, fluida, pero caravana.

Ese fluir de motores de toda cilindrada contracta con el silencio de los pinos serranos, que solo el viento serrano les hace moverse por estas fechas. Tan silenciosos como ellos se encuentra la actividad social, política y hasta cultural de la ciudad. Con el inicio del mes de agosto todo ha enmudecido, como si nada hubiera de trascendencia, ni nada de lo que ocurre en Andalucía, España y el mundo fuera con nosotros. Lo que ocurre, ya llegará septiembre y a ser posible, tras la Feria. Con estos calores no estamos para nada y a ser posible, mejor no toquemos nada. Pero en este silencio sí que vienen a la memoria recuerdos que no quisiéramos, de acontecimientos que nunca debieron ocurrir y que lamentablemente ocurrieron. No por trágico, sino precisamente por eso, por lamentables.

Cuántos elogios baldíos, que medallas tan inapropiadas, cuanta lisonja para quienes poco o nada tienen que agradecer los iliturgitanos, salvo ilusionantes y falsas promesas. Nunca vimos llegar el AVE, ni siquiera la lanzadera. No vimos ni un mal ladrillo de aquellas fábricas descaradamente ostentosas que prometieron un montón de puestos de trabajo. Ni siquiera aquel centro logístico que todavía hoy está por ver si tiene o no un lugar determinado, si es que algún día llega a ser una realidad.

Pero es más, en estos día se lee en la prensa sobre la futura construcción de depuradoras de aguas residuales y, que sepamos, los habitantes de esta población andamos pagando un canon en el recibo del agua destinado a la construcción de algunas de ellas pendientes y, o bien es que los medios de comunicación se olvidan de ponerlas en la relación de futuribles, o es que no están en dicha relación. Como sigamos así hasta nos van a tener que devolver, como Hacienda, por habernos cobrado de más.

Con todos estos silencios y a pesar de ellos, los iliturgitanos siguen su vida cotidiana, como si no fuera asunto de ellos. Las mañana, por ciertas más concurridas de lo que ha sido habitual siempre por estas fechas, y las tardes mustias para el comercio local. Las rebajas, para unos mejor que para otros, empiezan a tocar a su fin y la plaza de abastos con su nuevo sistema de climatización ha animado las compras y parece que ha aumentado el número de usuarios. Pero para usuarios las piscinas y la hostelería de la sierra, sus aledaños y chiringuitos fuera del casco urbano.

Consolémonos con que ya queda menos para la vuelta a lo que llaman la normalidad y que vendrán con ganas y garras afiladas para encarar un año electoral. Mientras tanto aprovechemos el silencio de los pinos y el relax de la sierra.

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