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De sainete y opereta

Algo tan serio como deberían ser los plenos de la Corporación Municipal se convierten en representaciones de sainetes y operetas, con el comportamiento y el diálogo de algunos de los ediles. Comienza a notarse, por otro lado que hemos entrado en la recta del año vista a las elecciones municipales y se comienza a tomar posiciones. Hay temas muy transcendentes que tratar y que de hecho se tratan, pero también es verdad que otros no lo son tanto y que algunos, incluso, ni siquiera son propios del debate municipal. Estos últimos aparecen en el salón de plenos invitados por las respectivas formaciones políticas que les "indican" deben ir, unas veces para mostrar sus correspondientes posturas políticas y otras para que las reflejen los demás.

ISABEL RECA

Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:43

 

Todo ello, y más, es lo que quedó recogido por las cámaras televisivas locales, de la última sesión corporativa iliturgitana. Mientras eran interesantes y de gran calado de gestión económica los puntos o temas propios municipales, donde es de lógica que unas veces sí pero otras cada uno tenga su propia manera de llevar a cabo la acción, propuesta de ahí la unanimidad o no, los puntos puramente políticos dejan, en la mayoría de los casos, una sensación de preguntarse, por qué y para qué. Lo mismo que no es de lógica que los primeros sean siempre o casi siempre los que menos tiempo ocupen, bien porque el personal lo tenga claro o porque el debate sea clarividente y los de temas políticos, bajo la denominación de mociones duren una eternidad, que acaban dando la sensación de tiempo perdido. Respeto a las iniciativas, siempre, pero debían dársele más utilidad.

No es el foro municipal iliturgitano el lugar donde se vaya a dilucidar la convocatoria de un referéndum sobre la forma de Estado que debe tener España, en todo caso si se expresaba o no su apoyo al nuevo monarca Felipe VI, que ese día apenas unas horas antes había jurado ser rey de todos los españoles, por cierto que dijo que cabían todos. Si que era de lógica el debate, más político que ciudadano sobre el carril bici en las obras de remodelación de la Corredera de Capuchinos y por extensión a otras calles de la ciudad, cuando están en su punto de comienzo y va a ser, sin lugar a duda la obra emblemática de este mandato municipal, que no ha podido ni hacer posible su primer proyecto y tampoco, ni siquiera iniciar los de otra índole de mayor calado.

A estas alturas, con sólo un año vista, ya nadie esperaba que se acometiera la obra. Una obra que vecinos y no vecinos sueñan con que sea una realidad, más pronto que tarde y en la que esperan, porque es de necesidad, que existen aparcamientos, porque en la zona hay muchos bloques de piso y muy poquitos con plazas de garaje. En cuanto al carril por otras calles, peatonales, mejor regular el tránsito de ese vehículo por esas vías peatonales que han permitido el paseo de los vecinos y otra fisonomía de la ciudad.

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