El Centro de Acogida e Inserción San Vicente de Paúl sigue registrando registros históricos en las pernoctaciones

El Centro de Acogida e Inserción Laboral San Vicente de Paúl ha vivido un año atípico. Eso es lo que afirma su directora, María del Carmen Arenas, ante la conclusión de una nueva temporada. Precisa que ha sido raro por el perfil de la gente que ha pasado, "algunos han empezado con los talleres de inserción y se fueron a medio, porque de los que diez que empezaron al principio han terminado cinco", remarca

JOSÉ C. GONZÁLEZ

Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:57

El programa de talleres arranca a finales de septiembre y culmina en junio y se combina con las acogidas diarias en sus 14 plazas. Los talleres que se desarrollan son los de lavadero de coches, el montaje de casitas y belenes, el de relajación creativa y el huerto ecológico, que destina sus productos a Cáritas. Aparte de la labor que realizan, se inculcan pautas y horarios a las personas que se integran en los programas. Las personas que están durante un día pueden comer, cenar, ducharse y se le suministra ropa para que pasen su estancia de la forma más digna posible.

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Muestra su satisfacción porque en algunos casos se han cumplido los objetivos de los programas, "una persona han encontrado trabajo en la Yeguada Urquijo, otra ha recuperado la relación con su familia, aunque en otros años los que empezaban estaban hasta el final por lo que eran más constantes con los talleres", señala Arenas.

El centro ha acogido a 851 personas para pernoctar una noche en este curso, por los que sigue con sus cifras históricas. Sigue habiendo más presencia de españoles y este año se ha notado un descenso considerable de visitantes del norte de África, que en los últimos años capitalizaban las estancias. La absorción de la mano de obra en la campaña de aceituna por parte de los vecinos de la ciudad ante los altos niveles de desempleo que soporta la ciudad ha propiciado este hecho, de ahí que en el centro se tenga la sensación de que ha pasado menos gente.

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El trabajador social del centro, Francisco Cubilla, advierte la presencia de los mismos pobres de Andújar, "por lo que ya asumen esto como su estilo de vida porque no concluyen los programas de Emergencia Social". María del Carmen Arenas ve que pasa por el recinto gente de más de 50 años que no cobra o no tiene trabajo, "el mundo de los de sin hogar es cambiante porque ahora nos encontramos con mayores que ya no pueden encontrar trabajo por el tema de la edad, que se mezclan en otro tiempo con otros más jóvenes que no tienen recursos para encontrar empleo".

Este año ha dado algo más de 6.000 comidas y mantiene a cerca de 80 voluntarios, a los que desde la dirección se les considera el engranaje principal del funcionamiento del centro de acogida, junto con la ayuda que les está dispensando en los últimos años con más insistencia la Comunidad de los Padres Paúles de la parroquia de la Divina Pastora.

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Este verano, el centro no va a desarrollar la colonia de verano con los niños de familias del entorno que padecen algún tipo de desestructuración. Las obras que se van a acometer en el edificio y una etapa de reflexión que se ha implantado por los responsables, propician el parón.

Los responsables hacen un llamamiento a la colaboración de la ciudadanía para que siga prestando su apoyo a una casa de acogida que lleva funcionando 15 años en la ciudad. "Necesitamos más gente que nos ayude en la labor que hacemos con la gente de la calle, porque a veces necesitamos de más recursos", señala Cubilla.

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