Mirada a la historia
Recientemente, desde el PA se solicitaba al gobierno municipal que recupere el edificio del Arco de Correos, o simplemente lo que en el argot de los iliturgitanos se conoce como simple y llanamente el "Arco de Correos". Este edificio, en la actualidad y desde su construcción es propiedad estatal, cedido en uso al Servicio Postal de Correos.
ISABEL RECA
Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:42
Y escribo bien, desde su construcción, porque es un edificio relativamente reciente en nuestra historia patrimonial. Se levantó, como otras muchos, por Regiones Devastadas, tras la guerra civil, para recuperar parte de la enorme destrucción que en aquellos tres años se produjeron. Se pide que se ceda al municipio y este lo incorporé al patrimonio municipal, para uso de los ciudadanos, y más concretamente, para albergar la oficina municipal de turismo, dado que los andalucistas consideran que es un importante elemento turístico.
Pues bien, nada que objetar a tal petición, pero sí que puede resultar un tanto, lo que ahora llaman políticamente incorrecto, lo que voy a exponer. Corrían los años ochenta, cuando un 28 de diciembre, cuando las inocentadas proliferaban por doquier en los medios de comunicación, hoy bastantes menos, porque ya hay bastantes diariamente, cuando en IDEAL se publicaba, fotografía incluida, el derribo de tan singular edificio. Fue una de las noticias que más corrió como la pólvora, y eso que no eran demasiados los ejemplares del periódico que por entonces se vendían.
La razón estuvo en que por entonces e incluso algunos años antes, andaba el comentario de expertos y algunos visitantes con sensibilidad artística, que la Plaza de España, nuestra Plaza de España, era de las más bellas y hermosas que existan en el suelo patrio y que el "arco de correos" impedía y hasta afeaba su visión y contemplación. Además, ya hacía algún tiempo que, la prolongación de ese edificio, compuesto por unas rejas, se había quitado para dar mayor fluidez al tráfico, y nada que objetar pues había sido en beneficio del progreso y la ciudadanía.
Las gentes de entonces y hasta muchas de hoy, quizás porque no se sea entendidos en demasía, siguen pensando que este edificio no es precisamente lo que se dice un monumento, que su estado interior, aunque pudiera parecer otro, es más que ruinoso. Sus vecinos moradores, fueron los primeros en abandonar los pisos habitables por su situación. Si el servicio de correos no hace tanto tiempo que lo dejo, no fue precisamente por lo acondicionado que estuviera. Pedir al Estado que nos ceda una "ruina" para cargar con el arreglo, en los tiempos que corren, no es la mejor solución. Ahora bien si es que nos van hacer entrega de un edificio impoluto para usar, hágase ya. Pero seguimos pensando que la Plaza de España ganaría en belleza sin él. Doctores en Bellas Artes e historiadores haberlos, hay.
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