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Bernardo Estepa y el ser personaje

La historia de los pueblos se acuña con la vida de sus personajes, especialmente de algunos que son los que mueven timón y manejan aparejo en su travesía en el tiempo. Andújar no es ajena a esta premisa y su acontecer está jalonado de hitos explicitados siempre por unos personajes que son los que han hecho que la ciudad tomara un determinado rumbo, que su progreso fuera de tal o cual modo, tomara un perfil concreto, para mal o para bien.

ALFREDO YBARRA

Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:31

A veces estos personajes coinciden con el repertorio oficial de personas protagonistas y significativos que se graban en el frontispicio ciudadano. Otros, sin embargo se pierden en la memoria pública, sea interesadamente, o, tal vez fruto de mil circunstancias, aunque su influencia en el devenir de ciertos acontecimientos fuera determinante. Mientras, hay hombres y mujeres que alcanzan la categoría de ilustres personajes ya sea por sus enredos, o amiguismo con el poder de turno, o, simplemente pura suerte y ahí quedan, tallados con letras de oro para alumbrar una historia, que en el fondo es artificial. Pero ya se sabe, la historia, en general, se escribe desde la mirada de los vencedores, y sus adeptos, en las determinadas épocas de los pueblos. Aunque la otra historia, la auténtica queda ahí, velada, pero arrullada por la brisa del alma ciudadana, acunada por el agua profunda de la esencia y la identidad de una tierra.

Hoy las dos historias coinciden en un iliturgitano que acaba de dejarnos a los 84 años tras una vida repleta de apóstrofes que han influido, y para bien, en la Andújar actual. Me refiero a Bernardo Estepa Llaurens. Su vida hay que enmarcarla en el contexto de una familia que queda marcada en el cuarentañismo por un padre que fue alcalde republicano en Andújar, y con una matriarca que quiere no dejar a su familia en la cuneta de las circunstancias y empapa a la misma de coraje, ímpetu, vitalismo y actitudes para adaptarse y sobresalir.

Bernardo Estepa, maestro que marcó una importante etapa de muchos iliturgitanos ha sido un hombre especialmente comprometido con el civismo ciudadano, comprometido con su profesión y con la cultura señalándose en muchos momentos por sus actividades y empeños. Concejal en una legislatura por UCD. Siempre estuvo vinculado al señerismo del alma de Andújar, y, por ejemplo, formó parte de un una conocida nómina de romeros que impusieron un estilo, una forma de ser, sencilla, muy andujareña en definitiva de entender el compromiso con la devoción a la Morenita. Su "paseíllo" el sábado de Romería con Miguel Corpas y otros romeros, en mulo, con su estética de pana y gorrilla clásica, es un ejemplo de ello.

Y donde Bernardo Estepa ha sido reconocido y respetado fuera de los lares iliturgitanos ha sido por su amor al flamenco y su saber y magisterio del arte jondo. Presidente durante muchos años de la peña Flamenca de Andújar, fue impulsor de importantes actividades flamencas. De hecho su labor en favor del flamenco ha sido reconocida por peñas e instituciones de muy dispares lugares. Sus conferencias al respecto eran amenas, sabias, ejemplares e incisivas en lo más esencial del tema. Respetado y querido por un amplísimo círculo de personas y personalidades, lo que es referente de lo que su personalidad, rica y larga, era. Ahora le vamos a echar en falta. Y Andújar necesita a muchos ciudadanos como Bernardo Estepa, que la encandilen.

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