Salvados, pese a las magulladuras
Tras vivir en los últimos años en el alambre, la fábrica de Koipe se ha salvado y estabilizado, pese a las magulladuras que ha dejado el proceso de negociación, ya que el precio de la salvación ha sido una reducción salarial. De lo contrario, el golpe hubiera sido letal para Andújar, una ciudad con escaso nivel de industrialización y con muy elevadas tasas de paro, que ya alcanzan el 40% de la población activa.
JOSÉ C. GONZÁLEZ
Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:58
El presidente del comité de empresa, Juan Jiménez, señala que el acuerdo con la empresa ha sido duro, porque se han mantenido 12 reuniones. Según Jiménez, sienta las bases para la estabilización y crecimiento de cara al futuro, «al final hemos cedido las dos partes, porque no han salido los recortes que planteaba la empresa y no se ha cristalizado el convenio colectivo que los trabajadores tenían hasta ahora», dice. Este acuerdo fue refrendado el pasado martes por los trabajadores, porque no faltaron sus críticas por la reducción de los salarios, «cerca de 30 trabajadores venían de un expediente de Deoleo y hemos tenido que conjugarlo con los empleados que tenían unas mejores condiciones salariales en Moltoandújar y los eventuales que han salido mejor parados que el convenio del aceite de oliva», precisa Jiménez. El presidente del comité de empresa recuerda que el centro ha estado un año y medio sin actividad , con el traslado de trabajadores a otras plantas y ha sufrido tres Expedientes de Regulación de Empleo en cuatro años, «se nos han pagado las nóminas, pero la situación era insoportable porque necesitábamos que alguien apostara por la planta, pero con el esfuerzo de los compañeros, constata Jiménez- ha consolidado la planta que tiene perspectivas de mejora por las inversiones que se han hecho en la factoría». Admite que ha pensado en los jóvenes, con la idea dibujarles un mejor porvenir. A regañadientes Los trabajadores han aceptado al final el preacuerdo, pese a la disparidad que haya podido generar. Juan Almansa, un veterano, califica el acuerdo de justo, «dentro de lo malo que tenemos», precisa. Manuel Cardeñas, vocal de CC.OO., admite que la negociación ha sido dura y tensa y añade que dentro del contexto que vive el país es una buena noticia que la empresa apueste por la factoría de Andújar, «pese a que el acuerdo haya gustado más a unos que a otros, no teníamos más margen de maniobra que convenciera al trabajador», precisa. Juan Carlos Maldonado, trabajador de la planta de extracción de la actual Moltoandújar y antigua Koipe, confiesa que el acuerdo «no es plato de buen gusto», pero espera que el nuevo convenio sirva para la estabilidad de la planta. La factoría consta de 80 empleados fijos y puede dejar atrás la etapa de tensión e incertidumbre, que motivaron los peores presagios. En mayo, Deoleo y Sovena España firmaron la operación que convierte al interproveedor aceitero de Mercadona en principal responsable de la factoría de aceite de girasol de la primera, cuyo centro está situado en Andújar. Se acordó la compra inicial por parte de Sovena (a través de su filial al 100% Sovena Oilseeds España) de un 20% de Deoleo en Moltuandújar y la adquisición después del 30% restante. La aceitera de capital luso alcanzará el 100% de dicha sociedad, creada en 2012 al 50% por ambos grupos y que ahora va a reunir toda la operativa aceitera del complejo, así como la planta de coogeneración. La compra accionarial estuvo acompañada de la transferencia de la maquinaria de embotellado, hasta ahora propiedad de Deoleo a Moltoandújar, esta última desde hace un año propietaria de los activos de producción (extracción, refinado y preparación del aceite de girasol que a lo que se dedica la planta iliturgitana).
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