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Summer Memories

Era ligera la brisa que soplaba aquella brillante noche. El azul de la mar peinaba sus olas con cabellos de oro. Se veían los veleros a lo lejos y se distinguían las siluetas de sus tripulaciones, alguien comentó que la regata llegaba a su fin, el puerto les esperaba. En la Escollera, donde siempre me acompaña esa Orden Tercera, estuvimos también durante la misma jornada, al mediodía, cuando la gente, a esa hora, sacia su apetito con las estupendas viandas del lugar.

BELÉN CUETO

Miércoles, 11 de mayo 2016, 09:03

Se respiraba ese fresco que te da vida cuando el día, en contraposición, ha venido acompañado de un calor sofocante. Mejor que la brisa, la tertulia tan animada que teníamos los allí presentes, no dejábamos títere con cabeza, la locuacidad nos unía, y como dijo el poeta "qué tendrá el vino que alegra las penas mías", pues uno de estos caldos, en concreto un xarab al malakí, nos acompañaba en la mesa, en la mesa del balcón de mi casa.

Pausadamente, con la paciencia y capacidad que te dan los años, hablábamos, intervino mi marido con el tema de moda de este verano: Djebel Al Tarik (campo o monte de Tarik) hoy Gibraltar, pues desde mi balcón, a excepción de sus primates, lo vemos casi todo de ese peñón que tanto ruido ha dado, da y dará. El díscolo Picardo se ha encargado de ello con sus bloques de hormigón. La verdad es que cuando salió ese tema a relucir todos coincidimos: Gibraltar español, como no podía ser de otra manera, o si no que se lo pregunten a nuestros marengos del campo de Gibraltar, que por otro lado, me da la impresión que están algo olvidados de nuestras autoridades.

Que si esto, que si lo otro, que si inspectores, organismos europeos, etc... pero los bloques de hormigón continúan bajo las aguas y nuestras redes no pescan donde ellos no quieren, da pena lo que están haciendo con la Bahía de Algeciras, nuestra bahía y lo mejor o peor, según se mire, es que no tienen freno.

La Royal Navy, de prácticas por la zona y nosotros con nuestras patrulleras de la Guardia Civil. ¡Qué cojo.....tenemos!

No obstante, los chiringuitos están abarrotados, a nuestros vecinos, eso del peñón le importa más bien poco, aunque a uno de ellos le oí decir que con un poco de habilidad, un ingeniero de minas y unos cuantos buzos de la Guardia Civil, los bloques de hormigón los mandamos a la brillante luna por no decir a tomar por donde la espalda pierde su nombre.

La ligera brisa, cuando es de madrugada, invita a algunos de los tertulianos a echarse algo por los hombros. Porque la madrugada en verano llega y no te enteras salvo que en vez de estar de vacaciones, tengas que madrugar por tener que trabajar y entonces bien que te acuerdas de ese deporte nacional llamado siesta.

Amanece en la bahía. Los veleros de la regata descansan en los pantalanes.

En el Amanecer de Estepona, y de regreso del período estival, estuvimos el siguiente mediodía como otras veces; sopa campera, huevos rellenos, ensaladilla rusa, de pulpo y de huevas, atún con tomate, entrecot y cordero, solomillo, jibia en salsa, arroz caldoso y potaje de verduras, un inmejorable sitio donde la calidad y buen trato envuelven la estancia. Todo bien hecho, manos de buena mujer que trabaja en la cocina con cariño de madre. Menú diario.

Echaba de menos mi sierra y ya la tenía al alcance de la mano. Presentía que en muy breve espacio de tiempo me adentraría en ella y respiraría sus aromas, pisaría sus trochas y senderos, miraría hacia el cielo para, majestuosas, ver volar a sus aves más intrépidas; con suerte para mí, algún venado, algún gamo o jabalí y por qué no, algún lince, se cruzaría en mi camino.

¡Querido Santuario y querida Virgen de la Cabeza!

Para el largo recorrido calzaba unas zapatillas cómodas, no muy caras y cuando ese motor, que soy yo, calentó, unos movimientos autómatas me dirigían. ¡Cuántas personas habrán recorrido estos mismos caminos de Sierra Morena!

Como la aventura es duradera, para calmar la sed y ese pellizco o fatiga en el estómago todos llevamos unos tentempiés bien envueltos y algunas botellas de agua y otros líquidos. Modificantes, catalizadores, plastificantes, estabilizadores, cargas y pigmentos, armaduras y refuerzos. Son estos los componentes básicos de los envoltorios de nuestras viandas y líquidos. Plástico, del latín plasticus y este del griego plastikos.

Leí por alguna parte que algunos de ellos perduran muchísimo en el tiempo, quiero recordar que 150 años las bolsas de plástico, de 100 a 1.000 años las botellas de plástico y si hablamos de las botellas de vidrio, 4.000 años.

¡Cuánto nos gusta la sierra! Pero limpia, mejor. Vamos a sincerarnos. Somos miles y miles las personas que tenemos devoción por todo lo que significa nuestra queridísima Virgen del Cabezo. Le rendimos pleitesía cada uno a su manera y utilizamos los diferentes medios (caminando, en carreta, en coche, a caballo, en bicicleta, etc) hasta llegar a sus pies.

La hora de comer y de beber nos llega a todos y los envoltorios de estos alimentos son un gran estorbo. Lo mejor y más rápido es deshacerse de ellos y arrojarlos en el lugar que más capricho nos dé, no paramos a pensar que con ese acto rápido e instintivo estamos contaminando y destruyendo lo que más orgullosos y unidos nos tiene, nuestra Sierra y en su cumbre nuestra Reina.

Venga, por Ella, reflexionemos y seamos ejemplo de limpieza. Que nuestra sierra solo posea los colores de su paisaje, de sus animales; su brisa cálida y fresca. Demostrémosle a Ella, bajo promesa, que seremos capaces de cumplir con estas normas de civismo para cuidar su entorno. ¡Viva la Virgen de la Cabeza!

 

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