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LUÍS MIGUEL PARRADO
Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:22
Después, un cúmulo de pequeños detalles, de ésos que parecen sin importancia, pero que engrandecen el espectáculo. Porque no es sólo que la plaza luciera preciosa, sino que por primera vez ?que yo recuerde, y ya son unos cuantos años viendo toros aquí- el despeje fue hecho por alguacilillos ataviados como tales. Y tampoco recuerdo que nunca jamás haya aparecido antes de la lidia de cada toro el cartel anunciador ofreciendo sus datos. Ni que la banda de música diera justo antes de comenzar la corrida la vuelta al ruedo tocando el pasodoble "Andújar", que tiene una historia taurina casi desconocida, pero a la altura de muy pocas composiciones.
Ese conjunto de novedades metió al público en la tarde, que después tuvo, si hablamos ya de argumentos toreros, bastantes cosas que desgranar. Abrió plaza El Cordobés, que ya llevaba unos pocos años sin aparecer por el albero andujareño. Lo cierto es que sus dos actuaciones dejaron, para el aficionado, bastante poco que reseñar. Apostó lo justo con el primero, que picaba por dentro por el pitón derecho y al que mató mal. Y en el cuarto, un ejemplar nobilísimo, buscó desde el minuto uno el apoyo de los tendidos de sol. Espabilado como es, seguro que la picaresca que lleva por bandera le hizo discurrir que si se las apañaba para indultar el toro ya no habría que entrar a matar y el rabo no se le escaparía. Así que se dedicó a dar multitud de muletazos lo más vulgares y despegados posible, antes de empezar a poner a los tendidos a favor de obra.
Pero el que estuvo ahí bien, cumbre, fue el presidente del festejo, Curro Martínez, que aguantó, evitando el desafuero y también la falta de seriedad que hubiera supuesto indultar un toro que ni de lejos lo mereció.
El Fandi manejó con buen temple el capote en sus dos toros, y después formó su habitual espectáculo en banderillas. Su primero fue un jabonero que llegó a la muleta moviéndose mucho y bien, pero al que los bríos le duraron poco. El que hizo quinto fue noble y falto de empuje, así que Fandila echó mano de recursos para cortarle otras dos orejas, idéntico premio al que había conseguido en el que abrió su lote.
Y por último, David Valiente, el torero local, que llevaba dos años sin vestirse de luces. Y dos también... narices, tuvo yéndose a portagayola en el tercero, que se frenó a medio metro y pudo haberle arrancado la cabeza. Fue un gran toro ése, por alegría, transmisión y humillación, y David tuvo el mérito de, tan poco toreado como está, ir atemperándose poco a poco con él, hasta el punto de que la última tanda al natural fue de lo mejor visto en la tarde. Mató bien, pero el toro tardó en caer y ahí perdió el rabo.
Al sexto le faltó humillación y voluntad de embestir, así que no cabía otra que derrochar voluntad en su cara, que fue lo que hizo el de La Ropera de principio a fin. La tarde acabó a hombros, con la gente aglomerada a la salida en las inmediaciones de la puerta grande, y hablando de toros Avenida adelante.
Ah, y con mis hijas encantadas, preguntándome que cuando las voy a llevar otra vez porque, se me olvidaba lo más importante, la plaza estaba a rebosar de gente joven. Claro, que para que eso ocurriera, tenía que llegar una empresa como la de Juan Bajo, RB Producciones Taurinas, que antes que pensar en el negocio lo hace en el futuro, y no ha dudado (como hace en las otras plazas que regenta) en permitir el acceso gratuito a los menores de catorce años. Una de tantas cosas que hay que agradecerle, pero de todas, la que más, es que haya sacado a nuestra plaza de la inmensa sima en la que se había ido sumiendo a lo largo de estos últimos años. Aunque de todas formas, lo que final (y felizmente ha pasado) ya lo avisamos hace unos días en este mismo medio... ¿o no?
6 toros de ROMAN SORANDO, de presencia adecuada a la plaza, nobles en su conjunto, destacando tercero y cuarto. A éste, ?Apresado?, nº 216, se le dio la vuelta al ruedo tras una inverosímil petición de indulto.
EL CORDOBES (verde botella y oro): Silencio y dos orejas tras aviso.
EL FANDI (lirio y oro): Cuatro orejas.
DAVID VALIENTE (turquesa y oro): Dos orejas y oreja.
Salieron a hombros los tres matadores y José Tomás Molina, mayoral de la ganadería.
Extraordinaria brega de Rafael Rosa al cuarto; también destacó el hacer de Francisco Tornay tanto con capote como en banderillas.
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