La Plaza de Abastos pierde este verano la intensa actividad de otros años aunque mantiene su calidad

La Plaza de Abastos, el centro neurálgico de la vida en la ciudad durante la época estival, no goza del mismo trasiego de gente que en otros años. En verano, suelen cohabitar bajo sus muros los lugareños y los nativos que en su día marcharon a otros lares en busca de un mejor porvenir y que regresan en estos días a reencontrarse con sus raíces. Pero, según el testimonio de los comerciantes del mercado de abastos, se les está echando de menos, y eso está también notando en las ventas, donde los comerciantes suelen hacer, y nunca mejor dicho, su agosto. El fin de semana de la Aparición y el puente de la Asunción, fueron como el oasis en el desierto.

Beatriz Jiménez

Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:16

Juan Carrasco, propietario de una tienda de hierbas naturales y antiguo responsable de la asociación que representa al mercado de abastos indica que no está viendo el movimiento de otros años.

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José Luis Lacoba, trabajador de una conocida carnicería no ve el mismo movimiento comercial de otros años. "Antes venía más gente a ver los padres y abuelos, pero ya se van muriendo y prefieren irse a otros lados o quedarse en sus sitios, y es que está cambiando las costumbres, porque cada vez viene menos gente de fuera". Esta tendencia la viene notando de una forma paulatina en los últimos años, "la crisis ha influido, porque antes los clientes compraban con mucha más alegría que ahora", recuerda Lacoba.

Eso sí, la calidad de sus productos caseros siguen gozando de aceptación, tanto en Andújar, como fuera de ella, "nos lo siguen demandando y si nos conocen vienen a buscarnos". Añade que la gente se está acostumbrando más a comprar en las grandes superficies. "La gente joven cada vez viene menos", pondera José Luís, quien propone como alternativas la climatización del mercado de abastos y cambiar el horario de apertura. "Queremos que se recobre la confianza en nosotros, en el trato cercano al cliente", desea.

El pescadero, Rafael Ramos, ha percibido un verano más flojo que otros años. Atribuye esta circunstancia a la crisis, "la gente se mueve menos y ya no vienen tanto a ver a la familia", lamenta. Ramos recuerda que la plaza de abastos siempre ha estado en la agenda de los visitantes de Andújar y de la comarca. Está esperanzado en la reactivación de la economía para que le recinto experimente el gran ambiente de otros años.

José Antonio lleva dos años y medio trabajando en el bar que, tradicionalmente, se convertía en un lugar de reunión de los emigrantes. Echa de menos los clientes que ha tenido en los veranos y esto ha significado que la facturación haya bajado un 50%. "Por ejemplo, un sábado a las doce del mediodía se ha visto vacío el recinto, algo inaudito", apostilla.

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