La residencia San Juan de Dios se convierte en el epicentro de la solidaridad en la ciudad
La residencia de San Juan de Dios está muy imbricada con la ciudad de Andújar. Está gestionada por la Congregación Madres de Desamparados y San José de la Montaña y cuenta con 42 empleados para gestionar un total de 75 plazas, de las cuales 10 plazas están destinadas a una estancia temporal y otras 21 plazas concertadas con el Instituto Andaluz de Servicios Sociales (IASS) y Plan Gerontológico (15 y 6 respectivamente). En este centro, de gestión privada, se atiende tanto a personas dependientes como independientes. Pero va más allá de su labor de residencia, "está abierta a cualquier necesidad que el pueblo nos demanda, porque vienen los donantes de sangre, se reúnen las Conferencias de San Vicente de Paúl y ensaya el grupo de teatro Dionisos", explica su superiora, la madre Ana María.
JOSÉ C. GONZÁLEZ
Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:18
El retablo de su iglesia es una auténtica joya del barroco y encierra una de las imágenes muy queridas de la ciudad, la Virgen de las Angustias, que con su salida imponente en la tarde del Viernes Santo dota de singularidad a la Semana Santa iliturgitana y reúne a miles de ciudadanos ante sus puertas.
Con protección
Este asilo se asienta en los muros de un edificio histórico y preñado de arte. El consejo de gobierno de la Junta de Andalucía lo acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, en abril de 2011. El edificio se encuadra en el conjunto de fundaciones promovidas en esta época a extramuros del antiguo recinto fortificado de la ciudad. Con el paso del tiempo y como consecuencia del crecimiento urbano, se convirtió en uno de sus principales hitos arquitectónicos y sociales y en un referente en el centro de la ciudad.
La Congregación de San José de la Montaña llegó a esta residencia en el año 1885. Madre Petra fue su fundadora y en toda su vida fue muy devota de San José y empezó a trabajar con ancianos y hoy en día, a ellos sigue dedicándose. "La filosofía de sus religiosas ha sido la de atender a las personas necesitadas, y no sólo en el aspecto económico", precisa sor Ana María. Diversos estamentos y colectivos de la ciudad se han imbuido de la filosofía de Madre Petra y los ancianos de esta residencia son objeto de las atenciones de la ciudadanía, que le profesa un gran cariño a las personas mayores residentes.
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