Educadores y educandos
Quiero unirme testimonialmente al homenaje que el área de educación del Ayuntamiento de Andujar dedica a esos profesores, siempre entrañables, que ahora entran en la dorada etapa de la jubilación. Ellos han padecido con sus alumnos (porque el profesor sufre con el educando, a quién considera "cosa suya") las sucesivas reformas introducidas en muy corto tiempo.
JOSÉ M. RUÍZ RELAÑO
Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:47
Dos españoles, catedráticos en Pensilvania (Fernández-Villaverde) y en Londres (Garicano) coinciden al diagnosticar el mal de nuestro sistema educativo: enfatiza la memoria, promueve la repetición de las tareas, fomenta la actitud pasiva del alumno y entroniza la dificultad como objetivo en sí mismo. Pues bien, si ya tenemos la raíz del problema ¿por qué no se ataja de plano?. Sería tan fácil como trasponer a España cualquiera de los sistemas educativos exitosos. Simple, evidente. Pero para eso habría que poner mas dinero sobre la mesa.
Andamos escasos de presupuesto y la educación tampoco es tan prioritaria: piénsese en lo dócil que resulta un pueblo analfabeto, o que lea poco, o que lea solo lo que se le dé de leer. Habría además que quebrantar el celo de las autonomías, con mas poder y competencia que muchos gobiernos declaradamente federales. Por último, habría que destronar a los jerifaltes instalados en las poltronas de Educación. O sea: dinero, pugna competencial y empoltronamiento.
Demasiado para el cuerpo serrano de esos políticos nuestros de alcurnia, sean de uno u otro signo. Por eso juegan y se entretienen, enzarzados en cosas que también importan, pero que son mas leves (si galgos o podencos); y entretanto olvidan atacar frontalmente el nudo gordiano del problema. Y así nos va, y así nos seguirá yendo. Fernández-Villaverde y Garicano diagnostican el mal de nuestro sistema. Y sin embargo mucho nos tememos que la sanidad no se alcance, porque consume presupuesto, porque exige rigor, constancia e inflexibilidad en el tratamiento, y porque visto desde arriba quizás se prefiera no menearlo. Pero para luego será tarde. Lo dicho: felicitaciones a esos profesores que se jubilan.
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