La comunidad de los jesuitas abandona SAFA tras 70 años de dedicación

Toda la comunidad educativa de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA) de la ciudad van a notar un hueco muy grande a partir del curso que viene, cuando ya no habiten entre sus muros las padres jesuitas (pertenecientes a la Compañía de Jesús). El centro educativo seguirá bajo los principios que han regido a los 70 años de historia en la ciudad, pero su marcha se dejará notar por el afecto humano con el que contaba, por parte del profesorado y de los antiguos alumnos, algunos de los cuales han intentando que sigan residiendo en el centro. Alfonso Gisbert, responsable de la Compañía de Jesús en la SAFA de Andújar, ha señalado a IDEAL, que este verano esta comunidad religiosa abandona el centro por la disminución de las vocaciones en toda Europa y en España, "en nuestro país hemos pasado de 3.000 jesuitas a unos 1.500, por lo que hay que suprimir algunas comunidades", explica Gisbert.

JOSÉ C. GONZÁLEZ

Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:01

Por ejemplo, en la SAFA de Andújar, los cuatro existentes han estado desempeñando su laboral pastoral unos 30 años, que les ha permitido integrarse el consejo escolar. Eso sí, desde su impronta religiosa, una de las máximas desde un principio ha sido la de incluir a los profesores laicos.

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En el año 1942 inició su andadura en la ciudad andujareña con un jesuita castellano, el padre Pardo y empezó a funcionar como una Escuela de Oficios. En aquellos duros tiempos de posguerra, una de las misiones de la Compañía era la de erradicar las altas tasas de analfabetismo que asolaban a la población hasta convertirse hoy en día en centro integral de formación, comenzando desde la Primaria hasta el Bachillerato que se suman con los distintos ciclos formativos de Grado Medio y Superior. Un total de 2.000 alumnos están inscritos, quienes no perderán la esencia de esta comunidad educativa basada en la formación integral de la personal, aderezada con esa vocación de servicio que define a la comunidad de los jesuitas, "aquí no se perderá por ejemplo esa Semana Santa Chica, que tan arraigada está en la vida del centro", explica Gisbert.

Los miembros de la comunidad jesuita de la SAFA ya han sobrepasado los 80 años, y aunque no daban clase porque estaban jubilados, si que colaboran de una forma voluntaria con el centro, "aunque los profesores son seglares, reciben constante formación cristiana, que es uno de los principios de la SAFA", explica este padre jesuita.

No duda Alfonso Gisbert que la vida educativa del centro seguirá con normalidad, pese a que la marcha de la marca de comunidad de la Compañía de Jesús (siempre empeñada en extender la fe por los pueblos y en la formación de la juventud) ha impactado a los antiguos alumnos, con los que los integrantes de esta comunidad habían estrechado grandes lazos de unión, amistad y generado un enorme caudal de recuerdos y vivencias, que ya les dejará una huella imborrable.

El director de la SAFA, Dámaso Mesbéyler, lamenta la marcha de los padres jesuitas pero precisa, "pese a que ya no estén físicamente con nosotros, seguiremos con la filosofía que nos han inculcado, pero ellos son los que rigen los designios de la vida educativa del centro".

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