La fiesta de la avutarda tiene 500 años

La tradición de la fiesta de la pava en Cazalilla tiene dos versiones bien distintas. La más conocida por los vecinos la remontan a finales del siglo XIX cuando dos familias hacendadas de la localidad, enemistades, tuvieron que reconciliarse por el amor que surgió entre un hijo de una de ellas y una bella doncella, hija de la otra familia. Cuentan los viejos del lugar que un tres de febrero se celebró la boda de ambos jóvenes y una pava, símbolo de riqueza y prosperidad, fue lanzada desde el campanario de la iglesia para hacer partícipe a todo el pueblo de que la paz había llegado a ambas familias.

M.R. ARÉVALO

Miércoles, 11 de mayo 2016, 08:06

La otra versión se acerca a unas inscripciones encontradas en el cerro de la Atalaya, dentro del término municipal de Cazalilla, documentadas hace unos 500 años, en la que una avutarda era lanzada desde la torre del cerro de La Coronilla.

Publicidad

En dicha inscripción se puede leer que desde el cortijo de La Atalaya partía una procesión hacia la torre del cerro de la Coronilla para soltar una avutarda. Ya por entonces se preocupaban de la seguridad del animal y textualmente dice la inscripción: "A veinte lanzas alrededor de la torre un cerco de guerreros armados vigilan para que nadie quebrante las reglas".

A continuación el sacerdote se sube a la torre, con la avutarda, le recorta ligeramente las alas, invoca a la diosa fertilidad y, tras varios amagos, la suelta. El que la toque será su dueño y la cuidará durante un año.

Esta ceremonia se ha venido repitiendo sin interrupción como atestiguan los numerosos fragmentos de inscripciones latinas en los que figura la "otis tarda" (avutarda). Este animal es característico de las estepas cerealistas por lo que el creciente auge del olivar en Jaén provocó que su hábitat natural fuera reduciéndose, pese a que Cazalilla seguía siendo fiel al raspinegro.

El descubrimiento de América supuso la introducción en estas tierras del actual pavo y dos importantes personajes jiennenses del siglo de Oro, Lope de Sosa y Baltasar de Alcázar, le propusieron a la corporación cazalillera que sustituyera la tradicional avutarda por una pava.

Publicidad

 

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad