Andrés Borrego será investido primer diácono de la Diócesis de Jaén

El próximo día 6 de diciembre, a las 12 de la mañana en la iglesia parroquial de Cristo Rey de Andújar, Andrés Borrego Toledano será nombrado Diácono Permanente. Es ell primero que se nombra en la Diócesis de Jaén, junto con el episcopado y el presbiterado determina los tres grados del sacramento del Orden sacerdotal. Es un ministerio que se viene ejerciendo en la Iglesia desde la época apostólica, de hecho, el primer mártir, San Esteban, era diácono. Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica latina ha restablecido el diaconado "como un grado propio y permanente dentro de la jerarquía". Este diaconado, que puede ser conferido a célibes y casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En la actualidad existen unos 400 diáconos permanentes en España, de los cuales 90 son andaluces, algunos de ellos con más de 25 años de servicio en el ministerio. El Patrón de los diáconos permanentes es San Lorenzo, diácono español que fue martirizado en Roma en el siglo III sobre una parrilla.

IDEAL Andújar

Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:18

En nuestra Diócesis se inicia la instauración del diaconado permanente, después de consultar en forma a los distintos organismos diocesanos, por Decreto del Obispo diocesano de 9 de diciembre de 2010, que firmaba el Decreto de Aprobación de la Normativa diocesana del Diaconado Permanente el 23 de mayo de 2010. Desde entonces, han sido seis los aspirantes casados que se encontraban en proceso de formación para recibir el diaconado permanente en la Diócesis de Jaén. De entre ellos Andrés Borrego será el primero en ser ordenado por tener finalizado el proceso formativo y ministerial exigido por el Derecho Canónico.

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 El Diaconado Permanente expresa el rostro de servicio, el ministerial y el misionero con que la Iglesia se presenta a la sociedad actual. El diaconado que irrumpe en este milenio tiene vocación permanente de estar encarnado en el mundo para servir al mundo. Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios, sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebrar sacramento del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, administrar el bautismo, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad.

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