Consuelo Pérez, musicóloga y profesora: "¿Porqué enseñar música sólo a los futuros músicos?

Consuelo Pérez Colodrero es una iliturgitana, Doctora Europea en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de Granada, que ha obtenido el XXIV Premio de Investigación 'Memorial Blas Infante' por su obra 'El ideal andaluz en la vida y producción de Francisco Cuenca Benet', que acaba de presentarse en los Reales Alcázares de Sevilla. Consuelo es, ante todo, una estudiosa, amante de la Música.

IDEAL Andújar

Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:39

p.- ¿Estudiosa desde la escuela Primaria?

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R.- Sí. Siempre he sido muy curiosa, así que aprender y estudiar siempre han sido tareas motivadoraS. Además, he tenido la buena fortuna de nacer y criarme en un hogar que ha facilitado y fomentado también el apego y el valor de la educación, así como de haber tenido siempre maestros y profesores extraordinarios.

P.- ¿De dónde proviene su interés por la música?

R.- Cuando estaba en 4º de carrera, en la Universidad de Granada, tuve que escribir un ensayo sobre este mismo tema. La respuesta fue entonces, muy similar a la que puedo dar ahora. Mi madre toca el piano y en casa siempre hemos dispuesto de este instrumento, lo cual ha sido un aspecto fundamental a la hora de concebir la actividad musical como algo cotidiano. También mi abuela materna, Lola Saperas, estudió música (era pianista y cantante) y creo que casi todos los iliturgitanos saben que mi abuelo, Joaquín Colodrero, fue actor y cantante en su juventud. Por parte paterna recibo la dimensión teórica, pues no sólo mi padre es profesor de Arte en el 'Instituto Viejo', del que yo, como mis hermanos, fui alumna, sino que también lo ha sido mi abuela, Isabel García. No puedo olvidar a mi abuelo Paco (Pérez), que, si bien nunca fue a la Universidad, era una de las personas más cultas que he conocido y probablemente que nunca conoceré. Con este panorama, puede decirse que lo único que yo he hecho es encauzar una serie de estímulos, premisas y tendencias hacia una vocación que es hoy, además, una profesión.

 

P.- ¿Dónde comienza y acaba su trayectoria de estudios musicales?

R.- Se inicia en el conservatorio de Andújar, prosiguió en el de Jaén y culminó en el de Granada, como pianista, aunque también cursé estudios superiores de solfeo. Fue en Granada donde conocí al Catedrático Juan José Pérez Torrecillas, alumno de Eduardo del Pueyo, que es la figura que más hondamente ha calado en mi hacer pianístico y musical. Proseguí entonces estudiando Musicología en la Universidad de Granada, donde tuve la oportunidad de disfrutar de una Beca de Formación de Profesorado Universitario bajo la dirección del Dr. Antonio Martín Moreno, Catedrático de Música. Siendo parte del equipo docente de la UGR, así como de uno de sus grupos de investigación, al que sigo perteneciendo (HUM263 'Patrimonio Musical de Andalucía') ha sido una experiencia extraordinaria, que culmina con la defensa de mi tesis doctoral en abril de 2011. A nivel formativo, lo esencial acaba ahí, pero cada día es de aprendizaje cuando te dedicas a la enseñanza y a la investigación, así que continúo formándome y estudiando para ofrecer lo mejor de mí y de mis capacidades a mi alumnado y en mis publicaciones.

P.- Aunque es Doctora Europea en Historia y Ciencias de la Música, ¿Cuál es su situación laboral, en este momento?

R.- Soy profesora de la Universidad Internacional de La Rioja, aunque también lo he sido de las universidades de Granada y Jaén, de las que atesoro un precioso recuerdo profesional y personal.

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P.- En el campo de los conciertos, ¿Cuál es su currículo?

R.- Ante todo me he dedicado al acompañamiento y la repetición, es decir, a tocar para acompañar a voz o a instrumentos melódicos. Empecé por casualidad, como una actividad complementaria para una asignatura del conservatorio, "Repentización, Transporte y Acompañamiento" y, a partir de entonces, mi fascinación por la voz me ha llevado a acompañar a diferentes solistas y agrupaciones, de los que he aprendido mucho.

P.- Enseñanza, investigación o cara al público ¿Qué prefiere?

R.- Imposible elegir. No puedo investigar sobre música sin hacer música y, ¿qué sentido tiene hacer música si no se vincula esta actividad a la sala de conciertos? No se estudia música para ser profesor, sino para ser músico. Además, el caso de la disciplina a la que me es muy diferente al caso de otras ramas del arte, en las que el crítico, el investigador y el artista poseen roles muy separados y casi distantes. En el ámbito musical, no se puede ser musicóloga sin saber y entender la música desde dentro, sin una sólida formación como músico práctico, pues sería imposible cubrir ciertos aspectos de la investigación. Es cierto que no se puede mantener una dedicación exclusiva en todos los ámbitos, pero tampoco es posible separarlos si no se quiere ser parcial y llevar la investigación o la praxis musical a una vía muerta, condenada a ocupar un estante y no llegar a la verdadera meta, al intérprete, a la sala de conciertos, al público general y a la sociedad.

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P.- La música y su gusto por ella, ¿Son signos de sensibilidad personal?

R.- Probablemente sí, según ocurre con cualquier disciplina artística. Con todo, es preciso destacar que la música trasciende la sensibilidad y nuestro lado más emocional para abrazar también el racional. De hecho, es la única actividad humana que estimula a la vez ambos hemisferios cerebrales. Ser músico o ser musicólogo necesita implicar, lógicamente, ambas dimensiones de la persona, pues implican un sólido conocimiento teórico y práctico, así como una gran vocación y capacidad de trabajo.

P.- ¿Es un arte para privilegiados o para pudientes?

R.- En absoluto. Es cierto que comprar un instrumento o hacerse con según qué partituras o documentos musicales puede suponer un desembolso notable, pero esto que me preguntas es más una pose que una realidad. Creo que está más que superada. Ni siquiera en el ámbito de los conciertos y recitales se cumple: no sólo por cuanto que hay una amplia oferta de música de arte que es gratuita, sino porque, por comparación con otras actividades culturales, incluso de espectáculos, no es en absoluto cara.

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P.- Defínase en este arte y elija un instrumento

R.- Creo que soy músico y musicóloga y me quedo con mi instrumento, el piano.

P.- ¿Qué consejo daría para inculcar el gusto por la música a los niños y jóvenes?

R.- Como para cualquier otra materia o disciplina el quid está en la cercanía, la cotidianidad. También en la creencia que exista en los padres y la sociedad del valor que tiene la música. En los países centroeuropeos está al mismo nivel que la literatura o las matemáticas, seguramente porque son mucho más conscientes de su decisiva contribución a la formación integral del individuo y de su convicción de que solamente teniendo una sociedad formada musicalmente ésta estará abocada a ser un buen público, a ser será plenamente civilizada y ser parte de la cultura. En este sentido estaría bien plantear la siguiente pregunta: Si no enseñamos a leer y escribir a nuestros niños para que sean escritores, ni tampoco enseñamos a operar matemáticamente para que sean matemáticos, ¿Por qué enseñar música solamente a los futuros músicos?.

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