Se nos ha ido Pedro Ramos,pero su antorcha permanecerá

 

 Y nos ha sobrecogido a todos, a los suyos, a Sita y a sus hijos, a su familia, a sus afectos, a tantos y tantos que le admiramos por su dedicada obra de años entregada a la promoción del deporte base y por sus desbordante bonhomía. Ayer domingo le dábamos el último adiós terreno. Aunque nacido accidentalmente en Ceuta, ya en 1970 la vida lo situó en Andújar. Primero fue en la SAFA, luego en la escuela pública, de la que hace muy poco se jubilaba. Y siempre ahí, con el deporte. Ya en mis años prejuveniles, Pedro Ramos era para mí una especie de héroe, un semidiós que otorgaba carta de identidad a esos ídolos de la modernidad local que eran para mí aquellos jóvenes de la SAFA de los años setenta que se enfundaban los laureles baloncestísticos de la provincia y de Andalucía.

Se casó con Sita Estudillo Magaña, también maestra, apasionada de la cultura , siendo así la pareja imprescindible en discurrires de auténticas certezas de la andujanía. Recuerdo a Pedro en el colegio Francisco Estepa, maestro, más que profesor, de serena y paciente instrucción, concienzuda en esos saberes que cimentan la razón. Futbol, balonmano,... y ahora se cumplen veinte años de su apuesta decidida por el atletismo en Andújar. No pudo ser mejor el nombre que dio a la entidad deportiva: Antorcha.

Y una antorcha ha sido esa institución ,con él mismo al frente, para alumbrar el devenir hacia la actividad deportiva de tantos niños y jóvenesen Andújar y la comarca. Hace muy poco coordinó la primera gran muestra sobre la historia del deporte iliturgitano, que convocó mucha memoria, y desveló la gran importancia que el deporte, a niveles de altas cotas, ha tenido en la ciudad, y donde él ha tenido un papel muy importante. Ahora, me contaba, que su gran sueño era crear el museo del deporte en Andújar y en eso andaba. Porque siempre estaba con algo, con algo cercano al deporte y que buscara siempre el interés y la motivación entre los más jóvenes.

Sé que estas palabras estás in conexas y que no reflejan todo lo que quisiera transmitir. Las prisas y la punzada del dolor son así. Andújar es muy dada a confundir a personajes notorios y populistas con los de verdadero prestigio. Y hoy, no hay duda, toda Andújar reconoce la labor de Pedro María Ramos López como un rayo de luz que generosamente nos ha alumbrado. Y hoy, qué menos que decirle a él, a ese espíritu que siempre va aquedar, alumbrándonos con su honda antorcha, entre nosotros, y a su familia, con el corazón totalmente entregado: Gracias. No hay palabras para el verdadero desgarro y para el auténtico abrazo.