Viandants por la vía que cuenta con una gran bola navideña

Negocios, actos y ornamentos aspiran a sacar del ostracismo a la mítica calle San Francisco

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

ANDÚJAR

Jueves, 17 de diciembre 2020, 14:06

La emblemática y mítica calle San Francisco, en otro tiempo con solera, pretende salir en estos días del ostracismo a la que se halla sumida en los últimos años.

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Los ornamentos navideños y las actividades que se han programado para estas fiestas, van a ... darle otra imagen a una vía que presenta locales comerciales vacíos ( algunos emprendedores se quejan de que son caros) y que ahora goza de algo más de tránsito, aunque las restricciones al comercio por culpa de la pandemia todavía la han mantenido apagada. Pablo Antonio Solás lleva desde 1998 con su óptica en esta vía achaca a las pérdida de categoría de la calle:

«Porque los políticos y la Cámara de Comercio la han ido desplazando desde la instauración del Centro Comercial Abierto». Evoca como antes la calle tenía mucho movimiento. «Hasta hace poco no tenía ni luz», apunta. Solás detalla que a partir del año 2005 inició su decadencia. Reclama que a lo largo del año se desarrollen más actividades en este entorno y eso sí, se alegra al comprobar que han adecuado una bola gigante que ha atraído a gente, «pese a la alerta», matiza.

Nuevo negocio

María Dolores Caño, con la instalación de una tienda de repostería tradicional, está contribuyendo a darle el realce de antaño. «Esta calle es un referente en la ciudad y se ubica en una zona céntrica señorial como la Plaza Vieja y la calle San Francisco». Ella es arjonera, pero lleva 20 años viviendo en este enclave de Andújar. «Ha tenido mucha decadencia, pero se han ubicado negocios en la Plaza Vieja y ya está empezando a tener auge». María Dolores abrió su tienda tras el puente de la Inmaculada y se puede encontrar lo más tradicional de la ciudad, la comarca y pueblos limítrofes de otras provincia. También valora los adornos, «aunque tiene locales cerrados», tercia. Esa impronta emprendedora la ha heredado de sus padres.

La joyera Natalia Migal rebaja el optimismo porque considera que sigue con la penumbra de siempre. «En estos días atrás se iluminaba la bola cuando cerraba el comercio», ataja. Migal también apunta a que la gente sale menos con la pandemia.

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