Un mercadillo solidario muestra la labor y la lucha de gente que quiere salir de la calle
SOLIDARIDAD ·
El Centro de Acogida San Vicente de Paúl organiza esta iniciativa para recaudar fondos y dar valor al trabajo que realizan los residentesJOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
ANDUJAR
Jueves, 26 de diciembre 2019, 23:51
La parroquia de la Divina Pastora está abrigando el III Mercadillo Solidario, que arrancó el pasado día 16 de diciembre y se extenderá hasta el 6 de enero. Esta iniciativa está promovida por el Centro de Acogida e Inserción para Transeúntes San Vicente de Paúl a través de sus talleres ocupacionales, que tratan de cumplir el objetivo de dibujar un mejor porvenir a las personas que andan sin techo.
Los residentes están ocupados en el de lavadero de coches y en la decoración de macetas. En este mercadillo solidario se muestran estas macetas y objetos que donan la gente, como cuadros y muebles que los propios transeúntes van decorando. Se venden a un precio simbólico «para que a estas personas que queremos tanto se sientan realizadas», manifiesta una de los monitoras Loca Reca, que ha vuelto otra vez al centro para estar al lado de las personas necesitadas de ayuda y de amparo. Los fondos van al Centro de Acogida e Inserción. Reca enfatiza que esta tarea se realiza: «Con mucho cariño y mucho amor porque este trabajo que realizamos con estas personas acogidas repercute en ellos de una forma muy positiva», constata Lola.
Manoli Lozano es la monitora del lavadero de coches. Su labor consiste en dejar totalmente nuevos los coches que van dejando los clientes. Ayuda también a su compañera Lola en los talleres. En todo momento muestra una total compenetración con los residentes, para que se sientan como en casa.
Experiencia
El testimonio de las personas que realizan los talleres coinciden con las intenciones de sus monitoras y los responsables del centro.
José María empezó a principio de curso a realizar el programa de acogida. Califica esta experiencia de agradable. «Hacemos una labor de ayuda a los demás, porque nos traen cosas para que se las reparemos como los marcos y les damos otra imagen para que así no se tiren las cosas», relata.
Este residente siente también la sensación de ser ayudado porque admite que: «La calle es muy dura y al estar recogido tienes unas metas que se consiguen con el cariño que te brinda otra gente y haciendo familia». Califica de satisfactoria esta experiencia. Joaquín reconoce que su trabajo se siente valorado «porque tengo una familia que te ayuda a luchar en la vida y de salir adelante», confiesa. En estos talleres mantiene la mente ocupada. Por cierto a Joaquín se le da muy bien pintar las macetas «gracias a gente como San Vicente de Paúl te das cuenta que puedes salir de la calle», manifiesta emocionado y agradecido.
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