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Manuel Fuentes.

Manuel Fuentes, el artista humano y versátil

OBITUARIO ·

Fue un gran pintor de carteleras, fotógrafo, escritor, guionista, ensayista, un trotamundos y gran montador de videos

FRANCISCO MARTÍNEZ FUENTES

ANDÚJAR

Martes, 20 de octubre 2020, 19:05

Pasados dos años de la muerte de mi querido y añorado primo y amigo D. Manuel Fuentes Molina, he decidido recordar su valía personal y artística en su condición de hijo de Andújar, ciudad que él amaba y sentía con orgullo, tanto en su convivencia vecinal diaria como en sus contínuas salidas a países europeos, una veces en búsqueda de sueños y otras por cuestiones laborales.

Manuel, nació en febrero del año 1931 (año un poco removido por la inquietud republicana) en el seno de una familia de clase media que trabajaban desde el amanecer hasta el anochecer la huerta que Tío Paco y la Tía Petra poseían en el Camino del Vado del Río, ubicada en el mismo valle del Guadalquivir. Fue el menor de ésta familia, pués tenía tres hermanos, Jacinto, Francisco y Carmen que dedicaban sus jóvenes vidas al trabajo agrícola y ganadero los varones, mientras que la hermana realizaba labores de casa ayudando a su madre Petra. En este entorno comenzó la vida Manolo Fuentes, mostrando desde niño su poca vocación a ser agricultor y ganadero, profesiones que siempre admiró y agradeció intensamente, pero que eran supeditadas a los sueños del arte y la cultura que emanaban de su pequeño interior cuando recogía en bellas poesías los cánticos de los pajarillos que al amanecer cantaban en los granados y nogales que rodeaban la huerta, y sobre todo, de sus pensamientos en soledad mientras esbozaba bellos bocetos de la puesta de sol que medio iluminaba la mocheta de su ventana.

Asistió a la escuela pública de aquella época, donde los tirones de orejas, los garbanzos debajo de las rodillas y las cariñosas palmetadas en las tiernas manos, justificaban el poco o mucho interés por el estudio de los antiguos libros de texto y sobre todo el temor a la violencia en el aula, aquella que el tozudo y agrio maestro desprendía a la hora del aprendizaje colectivo.

Pasados unos años de aprendizaje (Saber leer, escribir y las cuatro reglas) sus padres observan que su hijo Manuel tenía unas condiciones físicas y psíquicas no aptas para la vida de un hortelano, por lo que, decidieron buscarle un trabajo de aprendíz, en un sector que en aquella época empezó a florecer dentro del comercio de Andújar, o sea, trabajar en un comercio textil, iniciándose en la tienda de Corpas, más tarde en casa de León Pinés y después en los comercios Galaso, hasta finalizar en su propio comercio, el mismo que por diversas circunstancias no le fue muy bien obligándole a abandonar su status comercial, lo que significó una señal de que su verdadera profesión o modo de vivir su vida era dedicarse al mundo del arte.

Durante su juventud, compartió su trabajo de dependiente de comercio textil con la realización de distintas facetas artísticas, así como la práctica de la lectura para así obtener en conciencia la formación e información que le exigía su condición de admirador de las diferentes ciencias artísticas, siendo digno de destacar el placer de leer las obras de los pensares clásicos de Grecia y Roma (Aristóteles, Sócrates, Platón, Julio Cesar, Ovidio, Cicerón y Séneca entre otros sabios de la filosofía, oratoria y literatura universal), aunque para él, el estudio reflexivo y comedido de la Biblia, la Palabra de Jesucristo y las Cartas de San Pablo fueron los peldaños que le permitieron trepar hacia las alturas de las ciencias de la vida y que les marcarían sus formas de pensar y vivir en la sociedad de su época. Su vocación artística era muy amplia y expansiva, abarcaba con profunda inquietud todas las artes desde la filosofía creativa, la pintura, escultura, la música(tocaba la armónica, la guitarra y el acordeón) hasta el moderno arte de la fotografía y documentación visual, siendo este sector artístico al cual se entregó sus últimos años, alcanzando la cumbre de lo magnífico, no sólo como perfecto fotógrafo sino como creador de un nuevo tipo de fotografía realista, dándonos a conocer a través de la imagen la realidad personal y social del ser humano.

Recuerdo con añoranza como Manolo en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, cuando el cine estaba de moda, era reclamado por los gestores de los cines (Tívoli, Español y Avenida), los cuáles les solicitaban sus servicios de dibujante o pintor de las carteleras de gran tamaño que anunciaban las películas que se iban a proyectar en las salas de cine mencionados. Verdaderamente mostraba su arte cuando los ciudadanos paseaban y observaban las carteleras colgadas en las cornisas de los cines, visualizando escenas de la película e identificando las actrices y actores protagonistas (Sofía Loren, Charlton Heston, Marlon Brando, Gregory Peck, etc.) pintados a gran tamaño sobre grandes telas de lienzo y sometidos a un gran colorido.

En Andújar solo nuestro añorado Manolo Fuentes los hacía con la maestría y belleza que le caracterizaba. Entre carteleras y filosofía, no cesaba de pintar bellos lienzos al óleo, siendo admirado por jóvenes y mayores, lo cual le servió para abrir un taller de pintura en su propia casa, de la que saldrían buenos pintores, destacándose un joven Luis Mena Recio que en su desarrollo en el mundo de la pintura conseguiría importantes premios locales, provinciales y regionales, celebrando bastantes exposiciones consiguiendo alcanzar cierto prestigio en el marco del arte pictórico.

En el último tercio del siglo XX Manolo Fuentes se involucró en todos los campos del arte que llenaban su amplio sentido artístico personal, pués, compaginaba la pintura con la escritura, escribiendo trabajos de ensayo, de poesías y como en verdad no era muy rentable por aquella época la literatura clásica, emprendió un nuevo camino dentro de la escritura como fue escribir novelas de formato bolsillo con temas populares tipo policiacas y de western bajo seudónimo que alcanzaron una apreciable popularidad en una sociedad con un 60% de analfabetismo pero que, gustaba leer novelas o trabajos cortos en los tiempos de ocio. Nuestro añorado Manuel y su amigo Hidalgo tuvieron bastante éxito en este tipo de trabajos, llegando a recibir peticiones de productoras cinematográficas del momento para que le hicieran guiones de películas, como ocurrió con el productor y director de cine de Western el italiano Sergio Leone, consiguiendo filmar varios guiones en las tierras de Almeria.

Pasada ésta época donde su arte escrito se fue trasladando a la penumbra del olvido, Manolo Fuentes, persona soñadora y ciertamente aventurera, decide coger su mochila y su vieja cámara de fotografiar y se marcha a recorrer ciudades, montañas, valles y llanuras de diferentes países europeos (Suiza, Italia, Francia, etc.) para, como él me respondió, inhalar las brisas de libertad y sentir la pasión de la vida que aún no había sentido de forma tan natural y bella, aunque me decía que en lo más profundo de su ser, sentía la añoranza de su familia y de su ciudad (Andújar) con su campiña olivarera y su sierra perfumada con aromas de jaras y romero y como nó en su madre bendita, la Virgen de la Cabeza.

Saciado de conocimiento y de libertad, Manolo vuelve a su sitio de origen lleno de ilusión y satisfacción, pues, traía en sus pensares grandes deseos de dedicarse al arte de la fotografía, y poner en práctica su forma de ver este nuevo mundo artístico, consiguiendo realizar verdaderas obras fotográficas tipo costumbrista, arraigadas en sus raíces más profundas y accesibles de forma natural a buen número de clientes. El arte de la fotografía y documentación visual fue la culminación de su caminar por la senda artística, consiguiendo en ésta etapa grandes premios y reconocimiento popular, cumpliéndose gran parte de sus sueños que durante su vida conformaron su personalidad y forma de hacer realidad todo el arte que portaba en su interior.

Alcanzada su madurez física y mental, decidió retirarse al rincón de la sabiduría y del buen proceder con todos los que le rodeaban, instruyendo, enseñando y emitiendo consejos impregnados de razonamiento, amor e ilusión, conceptos inculcados a todos los que nos relacionábamos con él, como así ocurrió con sus sobrinos los mellizos, Paco y José y por supuesto con el que está escribiendo este texto.

Gracias Manolo por ayudarnos a querer el arte de vivir en libertad y respeto hacia los demás; a comprender la belleza natural y sencilla del mundo del arte y la cultura universal y como buen cristiano que eras hayas alcanzado lo que buscabas realmente.

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