ABEJA EN UNA DE LAS COLMENAS. ANDUJAR IDEAL
Los bajos precios y las mezclas procedentes de otros países son problemas añadidos

Las lluvias primaverales palían la angustiosa situación de la apicultura

CAMPO ·

El agua servirá para recuperar las colmenas perdidas y acercarse a una producción normal, según el testimonio de los productores

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

CORRESPONSAL

Lunes, 17 de junio 2024, 20:22

Nunca unas lluvias fueron tan balsámicas para el sector de la miel, como las de los meses de marzo y abril en la zona, porque la copiosa agua que cayó, palió en parte la penuria que acechaba a la apicultura, tras una década de estrecheces. El sentimiento de alivio, se entremezcla con el de la cautela, con los altas temperaturas que se avecinan, y que no favorecen en nada, al desarrollo de las colmenas, implantadas en el enclave natural protegido de la sierra de Andújar.

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Javier Sanz, integrante de una cuarta generación en Andújar de apicultores que arribaron a la zona desde Cuenca en la década de 1940, indica como las colmenas han recuperado las bajas que había ocasionado la escasez de precipitaciones. «Eso sí, seguimos en la brecha, porque no podíamos aguantar otros 12 años como los que ha padecido», testimonia. Sanz especifica que recuperar bajas es sacrificar una buena campaña de miel que se avecinaba con tantas lluvias. «El año está siendo bueno, pero no es para augurar una grandes producciones de miel, porque nos hemos resentido y nos queda mucho año», matiza.

Antes de que el calor y la ausencia normalizada de lluvias hiciera sus estragos en las colmenas, se podían sacar perfectamente entre 20 y 30 kilos de miel por colmena, «pero en los últimos 10 años estábamos extrayendo una media de 10 kilos, por lo que no estábamos siendo rentables», apunta Sanz, quien prevé que este año la producción se acerca a las cifras de antaño, eso sí a falta de los datos finales. «No quiero ser negativo, ojalá que acabemos el año con una gran producción, pero los periodos de sequía se están alargando, pero al menos, después de tantos años de escasez, no va mal el partido», empleando Javier un símil futbolístico.

Sanz reconoce que sí, este año no hubiera llovido con tanta abundancia, se hubiera planteado dejar el mundo de la apicultura, que tanto ama. «No aguantaba más, porque estaba haciendo lo que podía y la situación no estaba en mi mano, porque si no llueve, no hay producción y no ganamos dinero y además los costes suben, pero nosotros hemos tenido que diversificar», resume.

COAG

El iliturgitano Tomás Torralba, es responsable provincial de la COAG en el sector apícola. Reconoce que ha llovido en su momento y las temperaturas han acompañado hasta le fecha. Ya estaba barajando quitar las colmenas ante tantos ciclos de sequía. Calcula que se van a obtener unos 15 o 20 kilos por colmena. «El año pasado incluso solo se llegaron a sacar cinco o seis», ataja Torralba, quien espera al desarrollo del verano. «Todo lo que sea superar los 40 grados nos perjudica, porque nos queman las colmenas, y el año pasado ya en junio muchas colmenas estaban devastadas por el intenso calor, de ahí que se sacara muy poca miel», recuerda con amargura.

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Tomás se muestra muy disconforme con los precios y con la introducción de miel mezclada de China y de otros países europeos. El precio apenas supera el euro por kilo y la venta directa es una de las grandes salidas. La serranía de Andújar concentra las 22.000 colmenas de las 36.000 que hay censadas en la provincia de Jaén. Torralba alaba la capacidad de aguante de los apicultores, que han mantenido las colmenas, pese a los embates. Nunca más se habló del intento de la consecución de la Denominación de Origen para la miel de Sierra Morena.

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