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Juan coloca sus películas, porque lo quiere todo en orden y limpio. J. C. G.
Juan Sánchez, de los últimos exponentes y defensores firmes del videoclub
«Hay familias que tienen como hábito aún venir el videoclub y visualizar las películas que aquí tenemos»

Juan Sánchez, de los últimos exponentes y defensores firmes del videoclub

OCIO Y CULTURA ·

El cariño y esmero que le profesa por este mundo le permite captar el interés de la ciudadanía en una época de declive del sector

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

Domingo, 30 de agosto 2020, 12:05

Hasta no hace mucho tiempo, y no hay que remontarse tantos años atrás, el videoclub se encontraba en cualquier esquina de cada barrio de las ciudades, o en los pueblos más humildes y pequeños, porque estaba inserto en el engranaje de la vida cotidiana y afianzado en las costumbres sociales, ya que se convirtió era una estampa habitual llevar bajo el brazo la película de alquiler para poder disfrutarla en los hogares en los videos, porque los cines se veía como algo lejano y de manera esporádica, reservado para algunos fines de semana y las épocas veraniegas.

La evolución y sus nuevas tendencias se empecinan y encargan de devorar tradiciones y costumbres tan arraigadas en la sociedad, como los oficios ancestrales, pero existen personas, que con su tesón y empeño mantienen aún vigentes usos tan habituales de épocas no tan lejanas, aunque emprendan el camino de su extinción. Las plataformas digitales y las descargas ya se han consolidado como los sustitutos. Uno de los exponentes de esta vieja y querida guardia pretoriana que se resiste a torcer el brazo ante las imposiciones de las nuevas modas es Juan Sánchez Estrella, propietario de un videoclub de la calle Emperador Trajano de la ciudad. «No olvidemos que aún hay gente para todo y para todos los gustos y de eso puedo dar fe», afirma.

Sánchez hace esta reflexión tras 38 años de experiencia en este mundo. «Empecé en el año 1982 en Almería y dos años más tarde aterricé de nuevo en mi ciudad natal, Andújar, donde monté el videoclub», revive. Durante algunos años de la década de 1990 mantuvo cerrado el negocio que lo tenía en la calle Miguel de Cervantes cerca de donde tiene el negocio ahora, en Emperador Trajano, desde el año 2001).

Época dorada

Los videoclubs tuvieron su etapa más boyante en las décadas de 1980 y 1990 y van camino de su extinción, aunque al videoclub de Juan (donde también está dada de alta su esposa) acude un buen número de gente que suele hacer acopio de varias películas. Varios son los factores que le ayudan a sobrevivir. «Andújar es una ciudad ya importante que no da cabida a muchos eventos y que no tiene mucho ocio y nosotros estamos ubicados en el centro de la ciudad donde todo el mundo puede acercarse». Sabe los gustos y las tendencias de la gente y adapta sus compras a las exigencias de su nutrida clientela, aunque ha bajado las ventas, sobre todo en esta época de pandemia.

Juan afirma que solo aspira a «ganarse el jornal», y siempre trata a su clientela desde la cercanía, la amabilidad y la sencillez. Le encanta tener el videoclub limpio y acogedor. Eso sí, se muestra orgulloso al entender que está realizando una contribución por la cultura en la ciudad y lamenta que «ningún político se haya interesado por su labor», pero eso sí, goza del reconocimiento de la gente, que le pide que no se vaya, porque Juan ya se halla en edad de jubilarse. «Veo que muchas familias ya tienen como hábito, salir de paseo y venir al videoclub a ver las películas que hay», relata. La dedicación y la constancia por el negocio le permiten captar el interés de un buen número de ciudadanos.

Juan ofrece 12.000 películas de todas las épocas, géneros y tendencias para cumplir con todas las exigencias. «Hasta para las de adultos y ofrecemos las novedades». Calcula que solo quedan 150 videoclubs en España, según los últimos datos. «De momento me apaño con mi gente», concluye.

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