En el día internacional de los museos, por la sostenibilidad y el bienestar

El 24 de agosto del pasado año 2022, en el marco de la 26ª Conferencia General del Consejo Internacional de Museos, ICOM, celebrada en Praga, se aprobó una nueva definición de museo, culminación de un proceso participativo de 18 meses en el que intervinieron cientos de profesionales de todo el mundo. El nuevo texto describe al museo como «una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos.»

Este texto, que seguramente tiene más de declaración de intenciones que de pura definición, no entra a valorar otras aportaciones, digamos más materiales, que bien podríamos incluir en el apartado de «servicio a la sociedad», como es el desarrollo socioeconómico de la comunidad, ámbito en el que el turismo cultural, también llamado creativo, está teniendo un creciente protagonismo en las últimas décadas, lo que ha llevado a agentes políticos, económicos y culturales a propiciar la creación de nuevos museos con el objetivo de atraer a unos visitantes deseosos de conocer la riqueza patrimonial, artística, técnica, científica o histórica de las ciudades a las que acuden.

Los casos de éxito han sido ciertamente notables, lo que ha llevado a intentar reproducirlos acríticamente, olvidando con frecuencia el papel fundamental de los museos en la recuperación, protección y conservación del patrimonio, la transmisión del conocimiento, la educación y el fomento del espíritu crítico desde la diversidad cultural. Dicho esto es innegable que el turismo cultural basado en los museos puede tener impactos económicos significativos en el desarrollo local, repercutiendo positivamente en el comercio, la restauración y el alojamiento, impulsando la economía local y creando empleo en sectores relacionados con el turismo, además de promover la participación de la comunidad local, siempre, lógicamente, que estas instituciones dispongan de una adecuada gestión, planificación y programación que los haga atractivos para el visitante.

En este sentido es especialmente relevante el papel de los museos contemporáneos, entendidos como verdaderos centros de creación, vivos y permeables a los cambios vertiginosos de la sociedad actual, fomentando el debate, el aprendizaje y el conocimiento, ofreciendo programas educativos para todas las edades, desde visitas escolares hasta cursos y talleres para adultos, actividades que fomentan la educación, la alfabetización cultural y el desarrollo de habilidades, lo que siempre supone un impacto positivo en el desarrollo humano y profesional. Como se destaca en la Resolución del ICOM «Sobre la sostenibilidad y la aplicación de la Agenda 2030, Transformar nuestro mundo» (Kioto, 2019), «todos los museos tienen un papel que desempeñar en la configuración y la creación de futuros sostenibles, y pueden hacerlo a través de programas educativos, exposiciones, actividades de divulgación comunitaria e investigación», programas todos ellos que han de atender tanto los usuarios presenciales como a los virtuales, siguiendo el modelo, ya ineludible, de los museos «híbridos», donde su ecosistema digital debe ser cuidado especial atención.

Por otra parte la presencia de un museo en una ciudad o barrio puede actuar como un catalizador para la revitalización urbana. Los museos suelen estar ubicados en edificios, tanto históricos como modernos, que pueden ayudar a mejorar la imagen y atractivo de un lugar lo que, al tiempo, puede ayudar a la renovación de infraestructuras, favorecer mejoras en la planificación urbana y el desarrollo de proyectos de revitalización de las zonas donde se ubican.

Desde 2020, el Día Internacional de los Museos apoya además una serie de medidas incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, de las Naciones Unidas. En este 2023 se centran en tres de estos objetivos, el tercero, referido a la salud y bienestar mundial, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, en particular en lo que respecta a la salud mental y el aislamiento social. El objetivo número trece insta a tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos, adoptando prácticas bajas en carbono, y finalmente el número quince que urge a proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres concienciando sobre la pérdida de biodiversidad.

Quizás el objetivo de «transformar nuestro mundo» de la declaración de Kyoto pueda parecer excesivamente ambicioso, pero bien podemos concluir que los museos deben desempeñar un papel integral en el desarrollo local al fomentar la participación comunitaria, preservar el patrimonio cultural, proporcionar oportunidades educativas y, como no, impulsar el turismo y revitalizar la economía. Su contribución al desarrollo local va más allá de su función como instituciones culturales y su impacto se extiende a múltiples aspectos de la vida de una comunidad. Como nos invitan desde el ICOM «el 18 de mayo animamos a todos los miembros de la sociedad civil a que se unan y hagan realidad todo el potencial transformador que tienen los museos para el desarrollo sostenible y el bienestar».