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Zona donde se prentende construir el camping.
Ilusión frente a la monotonía

Ilusión frente a la monotonía

OPINIÓN ·

Nombres propios de colectivos y personas dan lustre a una ciudad que se desangra

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

Miércoles, 12 de agosto 2020

Vivimos tiempos de zozobra e incertidumbre porque culpa de un virus y de una pandemia que nos ha sacudido y zarandeado de lleno, y no vamos a ponderar en los sobresaltos y dramas que ha generado, porque ojalá (pero con recelo y cautela) nos sirva de lección para ser más armoniosos y humanos y tengamos anchuras de miras a la hora de afrontar nuestras relaciones humanas y nuestro entorno.

Es cierto que esta 'anormalidad' está modificando nuestros hábitos, pero la irresponsabilidad de un grupo de la sociedad y de las autoridades nos empuja, cuanto menos al desánimo. Seguro que más pronto que tarde llegará la vacuna, y nos podremos dar abrazos y besos (que estemos la gran mayoría para ese momento), pero las dudas y la incertidumbre se apoderan del ánimo y sentimiento, porque no sabremos a ciencia cierta si estaremos inmunes de las conductas irresponsables, desaprensivas y voraces de quienes tienen alguna responsabilidad. Primera tendrá que llegar el día en que se valore de verdad a quienes luchan por procurarnos una vida mejor, los científicos e investigadores, a quienes se les minusvalora y son los primeros en el punto del mira y del 'austericidio'.

Y Andújar no ha estado ajenas a los embates de la pandemia. Ya se ha hablado de cifras, datos y hechos. Una ciudad que antes que de esté virus estropeara y trastocara nuestras vidas, se había introducido en una espiral monótona, previsible y sin sustancia. Y ya da igual las siglas que gobierne. Su calendario anual era repetitivo y monótono. Saltaba de fiesta en fiestas, de evento en evento, de acto en acto, mientras que de desangraba en medio del flolclorismo. En los últimos años ha ido decreciendo de una forma apreciable su población por el descenso de la natalidad, el envejecimiento de la población y el éxodo de los jóvenes, que bien se marchan a a estudiar fuera, o a labrarse un mejor porvenir.

Da la impresión que sus dirigentes andan dando vueltas a una rotonda y viendo a un lado a una ciudad a la que se le mira con la atención que se merece y no se preocupa de sacar lustre a sus bondades y potencialidades, y que las tiene, con un entorno natural envidiable, una gran situación estratégica, un patrimonio cultural e histórico más que considerable y una incomparable devoción mariana, a la que no se le saca partido. Es cierto que ahora toca ayudar a la gente y su tejido productivo, pero en esto años atrás no se armaron proyectos de envergadura o enjundiosos. Por ejemplo, no se ha sido capaz ni de levantar un aparcamiento subterráneo para relanzar el comercio que lo está pasando más que mal. Ya no hablamos ni de construir un hotel, o industrializar la ciudad. Es demasiada molestia. Ya veremos si sale pronto el centro logístico. Las actitudes y voluntad de quienes tienen que definirlo no invitan a grandes alharacas.

Por suerte tenemos casos aislados y brillantes que nos hace estar más ilusionados y expectantes, pero claro, hay que estar de la mano. Un iliturgitano será uno de los responsables de la redefinición del Diccionario Histórico Español. 'Fran' Carriscondo ya apuntaba maneras. Encomiable ha sido el trabajo de Alfonso Vidal, y su entorno que en poco espacio de tiempo han colocado a su marca de aceite, como la mejor picual del mundo, gracias a su tenacidad por hacer las cosas bien hechas. La ciudad tiene grandes investigadores como Javier Martín y Mónica Álvarez. El primero encabezó un proyecto que descubrió agua en Marte. La segunda se integra en un equipo que es referente mundial en la lucha contra las enfermedades raras y neuro-degenerativas.

La conjunción de fuerzas de la familia Girón-Rubio y la posible complicidad de una empresa externa y de una entidad financiera están gestando la creación de un camping al lado del Mafema. Ya hay infraestructura hecha. La idea ha generado ilusión entre la ciudadanía, pero también hay un temor de que se frustre por la falta de atención de las administraciones que no fueron capaces en su día de afianzar la ilusión que se había creado con proyectos como Boluda, Eurocopter, Ros Casares, Innovandújar. Confío en que el camping saldrá y sería una irresponsabilidad que al menos, la administración más cercana no apoyara en firme la iniciativa.

Loable y digno es el trabajo de la asociación Isturgi Triumphale por difundir el yacimiento de Isturgi, que lleva 50 años para ver su puesta en valor. Y ojalá que la lucha que mantuvo en vida Juan Conde (hombre entregado y fiel a sus ideales) remueva conciencias para que el río Guadalquivir sea un emblema de la ciudad y no un torrente y caudal de problemas.

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