El Iliturgi 2016 tumba al líder CD Navas en el duelo estelar de la Primera Andaluza

El Iliturgi 2016 tumbó este domingo en su coqueto campo del José Luis Mezquita al líder CD Navas y se encarama de nuevo a los puestos de ascenso a División de Honor.

Los iliturgitanos se están volviendo a mostrar como un equipo bipolar y desconcertante, capaz de doblegar con eficacia y brillantez a equipos briosos y con jerarquía e hincar la rodilla con un juego vulgar y gris ante equipos de menor jerarquía. La victoria ante el poderoso Navas la fraguó en una segunda mitad desde el punto fatídico, tras sacudirse el dominio al que le impuso las del Condado en la primera parte.

Los visitantes controlaron el choque en su primer acto con firmeza y contundencia y con un juego más brigadista y brioso que fluido y brillante. Los defensas del Navas desactivaron a los jugadores más preclaros del Iliturgi y trataron de desabordarlo con balones aéreos y en largo. Los locales se agazaparon en su área y aguantaron las embestidas de su contrincante que gobernó con un estilo espartano el partido.

El Iliturgi encontró un resquicio ante el asedio que se vio sometido a la media hora cuando su interior Cayuela se internó en el área y fue derribado por la zaga visitante. El incombustible meta Valero adivinó las intenciones del andujareño Segado y le paró el penalti. A balón parado pudo abrir el marcador el CD Navas, pero el meta iliturgitano Pablo le detuvo un libre directo a Silva que llevaba mucha intención.

La segunda mitad arrancó con una lluvia incensante, lo que le dio al choque un toque más beligerante y guerrero. El Iliturgi empezó a quitarse los complejos y ya empezó a mirarle a los ojos al líder que manejó el partido a su antojo. Al cuarto de hora se produjo una acción que determinó choque; el espigado y sagaz delantero Blanco fue objeto de una infracción dentro del área. Él mismo se encargó de transformar la pena máxima y abrir las hostilidades, porque el Iliturgi se desmelenó y abrió brecha de nuevo desde los 11 metros, en esta ocasión Bonachela. Los penalties atrolondaron a un Navas que parecía un bloque granítico, que se disolvió como un azucarillo.

Al contragolpe redondearon la goleada a la contra, tras aprovechar Rati (luego fue expulsado) un servicio de Cayuela. Hasta el final, el Navas tuvo un arreón de orgullo, que no tuvo consecuencias, salvo un larguero. La victoria reforzó y estimuló a un equipo que venía alicaído tras su derrota en La Guardia y de paso animó a su hinchada. Los próximos duelos serán claves para medir la regularidad y las opciones de ascenso de los azulgrana, que vistieron de rosa para solidarizarse con el cáncer de mama.