ERRE QUE ERRE

Hay dos hechos, relativos a la Salud y la Sanidad que siguen erre que erre en la ciudad de Andújar y que afectan de lleno a la población de la localidad y de rebote a la población de la comarca. Se trata de la pandemia del covid 19 y de la gestión del hospital Alto Guadalquivir. En el primero de los casos, demostrado está que somos los vecinos quienes debemos y podemos poner de nuestra parte; a punto hemos estado ya en dos ocasiones, de que nos echen el cerrojazo, habiendo caído pueblos de la comarca antes, como la vecina Marmolejo. En cuanto al segundo, lamentablemente está ya demostrado que es una cuestión meramente política e incluso ideológica. Que no convencieran o no se creyeran las explicaciones dadas por la delegada territorial de la Junta, se puede admitir ideológicamente hablando, que sigamos empeñados, erre que erre en mantener públicamente la polémica, seguimos insistiendo que no es el momento más adecuado para ello. Además del enfrentamiento político, que no debiera en estos tiempos y no es de recibo, pero se entiende, se está empezando a crea un cierto malestar entre el personal trabajador del centro hospitalario y entre la población, que no puede ser bueno ni conveniente en estos momentos.

El personal, vecinos de Andújar y su comarca, empiezan a recelar de si serán bien atendidos en caso de un ingreso hospitalario, sea covid o no covid o si andarán camilla arriba y abajo, incluso de un hospital a otro. No quisiéramos pensar que ese sea el objetivo pretendido, pero es el que se está consiguiendo, La huida de un servicio que todos deben tener altamente claro, no fue un logro político, sino de los ciudadanos, no es de recibo, después de más de veinte años de un tipo de gestión que se creo, lo hemos afirmado muchas veces, con él y al que se le fueron sumando otros, dentro y fuera de nuestra provincia. Si la formula no es válida ahora, tampoco lo debiera haber sido entonces. Cierto que con el cambio en el gobierno de la Junta de Andalucía de PSOE a PP y Ciudadanos, se habló e incluso se dejó caer en el propio centro, en el acto del cumpleaños, la posibilidad de su paso al SAS.

Es de suponer que las circunstancias sanitarias que se produjeron justo en el año anunciado, no han ayudado a ello, pero de ahí hasta llevar, por parte del PSOE de una moción a todos los plenos de los Ayuntamientos de la comarca, parece que no es el método adecuado. Por cierto, que en la del Ayuntamiento iliturgitano, no fue aprobada por el pleno, sino en el pleno, dado que sólo contó con el apoyo de PSOE y la antigua IU, mientras, era de lógica, el PP voto en contra y la concejal andalucista no debió encontrar argumentos suficientes a favor y en contra y optó por la abstención.

En la moción se habla de desmantelamiento y el personal entiende que, cuando algo se está desmantelando es que va a desaparecer o a lo sumo cerrar. Es eso lo que va a ocurrir, se pregunta el ciudadano alarmado. Cerrar lo que tantos años costó a la población o al menos insinuarlo, volvemos a insistir, en tiempos de pandemia, es osado y un tanto peligros. Se puede admitir y hasta compartir que, aquellas especialidades que cuando estaban en la oposición PP reivindicaba para ampliar la cartera de servicios, se reivindiquen y se exijan, para que no caigan en el olvido, pero hablar de déficit las carteras existentes son palabras mayores que el PP no está dispuesto a consentir y afirman, con rotundidad que es falso, así como que la Junta tenga abandonada Andújar en materia Sanitaria, poniendo sobre la mesa las reformas llevadas a cabo en los centros de Salud y los más de un millón de euros en la rehabilitación del antiguo hospital que, literalmente se caía a pedazos. La Sanidad, como la Educación deberían ser dos áreas exentas de politización, porque es el ciudadano el directamente afectado; claro que también, las vías más manipulables.