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VENERACIÓN A LA VIRGEN DE LA CABEZA EN SU ERMITA DE LA CALLE OLLERÍAS DURANTE LA PASADA NAVIDAD. JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
LA ERMITA

LA ERMITA

OPINIÓN ·

«La ermita, que no es sino una capilla devocional, es lugar de parada, saludo y oración para la inmensa mayoría de los vecinos que transitan diariamente por nuestras calles»

ISABEL RECA

ANDÚJAR

Lunes, 10 de febrero 2025, 11:00

La ermita para los iliturgitanos es sólo una, la ubicada en el corazón de la ciudad, en plena calle Ollerías, dedicada en honor y gloria a la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Cabeza, en su advocación de vicaria, según hemos conocido recientemente por los puristas, y que en los últimos tiempos, se siente acompañada por la imagen del Cautivo, figura muy trinitaria de un Cristo maniatado. La ermita, que no es sino una capilla devocional, es lugar de parada, saludo y oración para la inmensa mayoría de los vecinos que transitan diariamente por nuestras calles, incluso de los allegados de los pueblos vecinos que se desplazan hasta aquí, por compras o alguna que otra gestión.

No hay un solo momento, en que sus puertas estén abiertas que no te encuentres algún que otro devoto ante su Madre. Pero es más, es costumbre iniciar a los pequeños, en dicha devoción, con la visita a este pequeño templo, pues no en vano, aunque hoy no existen distancias, la Basílica Santuario dicta algunos kilómetros de tortuoso camino y este es el primer paso, el primer beso y el primer viva. Construida en 1918, junto a la que hasta ahora ha sido residencia de los PP. Trinitarios y continúa siendo centro educativo, pero sin miembros de la Orden. De revival gótico, como afirma el profesor Rafael Casuso, dentro de nuestro panorama arquitectónico se debe a varias razones: por una parte, la propia tipología religiosa del edificio que, teniendo en cuenta el predominio de dicho estilo en nuestras construcciones religiosas antiguas, pudo ser determinante para ello.

Pero también hay que tener en cuenta la procedencia social de sus patrocinadores, la aristocracia local (en este caso la Condesa de Gracia Real), que en sus aportaciones arquitectónicas del momento (la Capilla y el Palacio de los Condes de la Quintería), recurre al gótico en un reacción frente a la norma constructiva de la alta burguesía, afecta al estilo regionalista. Este «mecenazgo» aristocrático se impulsa con las visitas de la familia real a la ciudad: en 1915 la infanta Isabel, hermana del rey Alfonso XIII, y en 1916 y 1926 el propio monarca, como nos relata Carlos de Torres en su libro de 1961.

La capilla, conocida popularmente como la ermita, es de planta rectangular dispuesta paralelamente a la calle y de igual longitud que el largo de la fachada. Está cubierta en su interior por bóvedas de crucería y contiene un gran zócalo de estilo iliturgitano procedente de la factoría del Barrero (fondo blanco y motivos geométrico-florales en azul cobalto). Su exterior está totalmente realizado en ladrillo. La torre que corona el lateral de entrada vuelve a hacer uso de la cerámica, y el tímpano de la portada principal está decorado con un alto relieve alusivo a la aparición de la Virgen de la Cabeza al pastor Juan de Rivas en 1227. Todo este valor arquitectónico, no lo tendría, en la medida que lo tiene, sino fuera por el valor devocional. El hecho de estar adherida al edificio-residencia de los PP Trinitarios y que estos desde 1931 lleven a cabo la custodia de la imagen primitiva de la Basílica Santuario, les ha hecho ser cuidadores del recinto. La reciente crisis de vocaciones, que ha afectado en gran medida a la Orden, le ha llevado al cierre de la Comunidad, que no al Centro Educativo, por lo que no existen, frailes suficientes para cubrir las necesidades de cultos ni siquiera allá en el Cerro. De momento, es cierto que la ermita, hay que dejar constancia de ello, permanece abierta en horario de mañana y tarde, pero la Misa que se oficiaba diariamente a las 12 de la mañana y a la que concurrían un considerable número de fieles, se ha limitado sólo y exclusivamente a los martes.

Si que continúan celebrándose la Sabatinas mensuales, el último sábado de cada mes, en honor de la titular. Ante tal situación y el descontento generalizado de la población, la pregunta está en la calle, sobre cómo y quién debe regular tal situación y quien debe o no hacerse cargo del mantenimiento, que dicho seaMcon la verdad, hasta el momento, no se ha visto déficit. La Cofradía Matriz, inmersa en la organización de la Romería y la que se le viene encima del octavo centenario, en el haber de su junta de gobierno y con quien corresponda, que es de suponer, en este caso, la Diócesis de Jaén, debe tener en cuenta, la situación, especialmente el culto en este templo y su mantenimiento, vayamos otra vez a ensalzarnos en la propiedad y olvidemos lo fundamental que la atención a la devoción y culto a la imagen de la Virgen de la Cabeza, que bueno es recordar, no sólo es Patrona de Andújar, sino de la Diócesis de Jaén.

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