María Belén Plaza y José David Checa firmaron el documento ante la imagen restaurada de la Virgen y en presencia del sacerdote Antonio José Morillo. J. C. GONZÁLEZ

Las cofradías de la Paciencia y la Virgen del Carmen rubrican su hermanamiento para la posteridad

RELIGIÓN ·

El acto se desarrolló en el transcurso de una entreñable Misa de Campaña a las puertas del templo de Santiago Apóstol

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

ANDÚJAR

Sábado, 17 de julio 2021, 18:51

El extenso y vasto mundo de la religiosidad popular y cofrade, tan arraigado en la vida de la ciudad, vivió anoche viernes con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen un hito, que pasará a los anales de la historia.

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Las cofradías de la Virgen del Carmen y de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia fueron protagonistas del acto de hermanamiento durante el transcurso de la Misa de Campaña que se celebró en el exterior de la parroquia de Santiago Apóstol, enclavada en la barriada de la Lagunilla. El hermano mayor saliente de la Virgen del Carmen, José David Checa;y la vicehermana mayor de La Paciencia, María Belén Plaza, refrendaron este hermanamiento, que acredita para la posteridad los lazos de sangre de estas dos hermandades

La cofradía de la Virgen del Carmen se empezó a gestar en el año 1989. La de la Paciencia en 1718. Aunque la primera es de gloria y la segunda es de pasión, a ambas les une su impronta carmelita, muy arraigada en la vida cristiana de la ciudad. La Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia se fundó hace 303 años en antiguo convento del Carmen, incrustado en pleno corazón del casco histórico. De hecho, lleva además el nombre de las advocaciones de María Santísima del Rosario y Nuestra Señora del Carmen junto con la imagen de Nuestro Señor de la Paz en su Entrada Triunfal a Jerusalén (la 'borriquita').

Los integrantes de estas dos hermandades han venido manteniendo una gran relación y se han ido cediendo sus enseres. Ambas han pulido una devoción que se trasmina en cualquier rincón de la ciudad. La Virgen del Carmen procesionaba en el primer tramo del siglo XX y era conocida popularmente como la 'virgen jazminera'.

Acto especial

La pandemia impidió por segundo año consecutivo la procesión de la Virgen del Carmen, pero las puertas del templo de Santiago Apóstol evocaron un monte Carmelo especial, adornado por la sencillez de un enclave y la mansedumbre de su vega. Asistieron a la Misa miembros de la Corporación Municipal, la junta de gobierno de la Virgen del Carmen y representantes del resto de varias cofradías de la ciudad. La Eucaristía estuvo presidida por el párroco de Santiago Apóstol, Antonio José Morillo (vivió su primera fiesta de la Virgen del Carmen) y cantada por el coro parroquial de Santa María, cuyas notas le dieron empaque a la Eucaristía. Emotiva fue al final la despedida del hermano mayor, José David Checa, quien derrochó en su discurso una honda gratitud y un sentido fervor.

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