Idelfonso Rueda bendice las rosquillas en Cristo Rey. J. C. GONZÁLEZ

La ciudad se reencuentra con la tradición de San Blas

Tras el paréntesis de la pandemia del año pasado, las iglesias y panaderías recobraron la bendición de las rosquillas

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

ANDÚJAR

Viernes, 4 de febrero 2022

La ciudad vivió ayer, día de la festividad de San Blas, una de sus tradiciones más antiguas y enraizadas en el pueblo llano y que data de la Edad Media, por lo que es milenaria y se ha consolidado con el discurrir de los siglos. ... Feligreses de todas las parroquias cumplimentaron la bendición de las roscas de San Blas por parte de sus sacerdotes correspondientes.

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Tradicionalmente se le considera a San Blas patrón de los enfermos que padecen afecciones de garganta, ya que según cuentan, salvó de la muerte a un niño que se ahogaba por tener introducida en su garganta una espina de pescado, aunque también era un hombre que curaba a los animales salvajes cuando se acercaban a su cueva en el Monte Argeus, lugar donde vivía y oraba en su retiro.

Las panaderías, tiendas y pastelerías vendieron miles de rosquillas desde primeras horas de la mañana y los párrocos de las distintas iglesias se personaron en algunas de ellas para bendecirlas. La pandemia evitó el año pasado la celebración, que en la presente edición recobró su actividad. Es una tradición que se transmite de generación en generación. Las roscas que se bendijeron fueron para los familiares, por lo que este producto no faltó en las comidas, como así atestiguaba el trasiego de vecinos con sus bolsas llenas de roscas por las calles y las parroquias.

En Andújar, Marmolejo y Arjonilla, dice la tradición, que una vez bendecidas las rosquillas, una de ellas hay que guardarlas todo el año para que San Blas proteja a todos los habitantes de la familia de las afecciones de la garganta y les de salud tanto física como espiritual.

Las personas mayores también señalaron que la protección se extendía tanto a los animales como los burros, que realizaban las tareas de labranza. A ellos también se les suministraba una importante porción de la rosca de San Blas, para que estuvieran sanos y libres de afecciones.

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El párroco de San Bartolomé y Cristo Rey, Idelfonso Rueda, señaló que como San Blas fue degollado en el martirio, «se le invoca como protector de la garganta y por eso se comen alimentos bendecidos en este día y además en un sentido mucho más que el físico , porque la garganta es el instrumento con el que el cristiano proclama a Cristo y lo evangeliza, para que seamos testigos valientes y nuestras gargantas no estén mudas y hablen siempre de Cristo con nuestras obras», señaló Rueda. Por otra parte, el pan y la invocación a la protección están muy ligados a la consagración eucarística.

De toda la vida

Paqui Medina, feligresa de la parroquia de Cristo Rey, admitió que lleva toda la vida asistiendo a la celebración de San Blas y a la bendición de las roscas, que también llevó a familiares y amigos que no pudieron asistir. Recordó como sus padres eran fieles con esta tradición, comentó emocionada. Manuela no se pierde ninguna celebración a lo largo del año en la parroquia.

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Manuela, una panadera de la zona de Cristo Rey, no paró de vender las rosquillas, desde que a primeras horas de la mañana las bendijera el sacerdote Idelfonso Rueda. Apuntó que este año se ha recobrado la actividad que el año pasado disminuyó por culpa de la pandemia y pudo ver mucho más trasiego de gente. «San Blas aquí es una costumbre y una tradición, y la gente que fue ayer a la iglesia fue a que la bendijeran las roscas que no pasaron por el agua bendita en la tienda», explicó.

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