El Centro San Vicente de Paúl acentúa su integración con las personas sin hogar

dújar. El Centro de Acogida e Inserción San Vicente de Paúl se encamina a cerrar un curso plagado de hechos reseñables como su 25 aniversario, de resultados satisfactorios, entremezclados con algún acontecimiento descorazonador, que han marcado las vidas de sus responsables.

Desde el pasado mes de septiembre y hasta este mes de junio, ha realizado 812 pernoctaciones, que han supuesto el paso de 200 personas. En este periodo de tiempo, ha repartido 7.504 comidas y hasta una decena de personas se han beneficiado del programa de inserción, de los que la mitad han salido de la calle.

Todos estos datos se han producido en un año donde se han celebrado diversas actividades con motivo de su 25 aniversario, entre las que han destacado la colocación de la placa conmemorativa, la eucaristía, la representación de una obra teatral y el reconocimiento que se le tributó a las personas e instituciones que han apoyado la labor social y humanitaria del centro. Yaquí no ha terminado su tarea, porque en verano seguirá con los talleres ocupacionales, pero con horarios distintos y con la menor presencia y exigencia para el voluntariado. La jornada es intensiva. En septiembre culminará los actos de sus 25 años.

Programa

El Centro de Acogida San Vicente de Paúl está hasta el mes de agosto dentro del programa 'Camino a la Integración, Talleres Ocupacionales para la Inserción de la Persona Sin Hogar', subvencionado por el 0, 7% de la Junta de Andalucía.

A esta acción se le añade las viviendas tuteladas, donde se integran a dos personas. «Ha sido un año muy intenso, donde se han vivido sensaciones muy fuertes, y hemos aprendido mucho», define el trabajador social del centro, Francisco Cubilla, quien conoce la obra que se viene realizando desde sus comienzos, «el perfil de la persona sin hogar ha cambiado mucho, las realidades son muy diferentes, porque hemos tenido a niños muy jóvenes y a personas muy mayores y cada vez más con unas dependencias crónicas», describe Cubilla, quien incide en el respeto por la normas por las que se rige.

El Centro San Vicente de Paúl ha apostado por la formación del voluntariado y los residentes, con la idea de que estén preparados y para defenderse de todas las necesidades que se presentan hoy día en la sociedad, «quisiera destacar el compromiso fuerte del voluntariado, que se está incrementando». Francisco Cubilla ensalza el talante y el carisma que imprime en sus acciones al equipo de trabajo, «sin esta actitud y filosofía el centro no se podría mantener», asevera. Este espíritu lo impregna la Comunidad de Padres Paúles que rigen la vida del centro y la parroquia donde se incrusta, la Divina Pastora.

Retos

Uno de los retos que tiene más próximos el Centro de Acogida San Vicente de Paúl es el arreglo de la terraza, donde gente anónima y la Congregación de la Misión están realizando sus aportaciones. Cubilla destaca en este sentido la ayuda que le está dispensando el Ayuntamiento en la gestión de subvenciones. También quiere consolidar su Plan de Calidad que ya está certificado y cuenta además, con el Plan de Igualdad registrado en la Junta de Andalucía que contempla el desarrollo de un programa de conciliación.

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