El Centro de Acogida e Inserción San Vicente de Paúl se abre de nuevo a la ciudadanía

La mañana de ayer lunes, algo desapacible con llovizna y ligero viento, no frenó las numerosas muestras de solidaridad que se lanzaron desde el roscón y la chocolotada solidaria en la Corredera de Capuchinos, pensada un año más para el Centro de Acogida e Inserción San Vicente de Paúl. Los comerciantes de la zona se volcaron un año más con esta iniciativa humanitaria, y en concreto la pastelería y churrería de esta arteria comercial de la ciudad.

Los vecinos y viandantes colaboraron con lo responsables del de este centro de acogida, adquiriendo una porción del roscón de reyes y un vaso de chocolate. También depositaron su donativo en una hucha que se habilitó durante la celebración de este acto benéfico, que estuvo amenizado por villancicos.

Labor

El coordinador del Centro del Acogida e Inserción San Vicente de Paúl, Francisco Cubilla Reca, señaló a IDEAL que esta actividad visibiliza de cara a la ciudadanía la labor que se desarrolla en este edificio con las personas sin hogar, que va camino de cumplir 25 años.

El curso ha empezado algo más tarde, con la presencia de más gente que acude a la campaña de la aceituna, que se mezcla con sus talleres de inserción laboral. «Hemos detectado muchas necesidades porque el perfil del las personas sin hogar ha cambiado, porque ahora nos encontramos con personas que no estaban desestructuradas y con estudios y a los que las distintas crisis les ha hecho mella», señaló Cubilla. Durante esta Navidad, eL Centro de San Vicente de Paúl acoge un mercadillo solidario.

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